Desde Ayacucho, una de las regiones más activas y diversas del mapa musical peruano, el músico Braigan Vega —conocido como Bageiki— ha construido un lenguaje propio que cruza la tradición con la experimentación. Su trayectoria incluye proyectos de pop punk, colaboraciones cinematográficas y álbumes instrumentales que exploran dimensiones introspectivas. Con su nuevo álbum Tu eres el vuelo, editado por A Tutiplén Recordspresenta un trabajo donde el charango se convierte en punto de partida para una exploración sonora profunda. El concepto de vuelo —que da nombre al disco y significa «volar» en quechua— se articula a través de la expansión tímbrica, la ruptura de moldes y la búsqueda sensorial.
El charango ocupa un lugar central en la arquitectura de Tu eres el vuelo. Cada pista se apoya en su timbre particular para expandirse en capas, interferencias, resonancias y silencios. A veces se presenta con nitidez, otras se disuelve entre efectos que alteran su forma. Esa elasticidad marca el ritmo emocional del álbum. La ejecución se orienta hacia lo abierto, hacia lo que el instrumento puede seguir revelando cuando se lo empuja más allá de sus formas tradicionales. Esa apertura se percibe en las estructuras, en las repeticiones que insisten sin agotarse, en la manera en que el sonido adquiere peso propio.
El álbum fue grabado en Registros de Urpicha bajo la producción de Joaquín Bockcon arreglos de Alan Villanueva. Destacan los dos charangos diseñados por el luthier ayacuchano Vladimiro Sánchez Cuttihechos con maderas nativas para lograr una respuesta tímbrica poco convencional. El proyecto fue financiado por los Estímulos Económicos del Ministerio de Cultura del Perú y se acompaña de fotografías de La miseria de Ozita Diego. Más que una colección de temas, Tu eres el vuelo funciona como un laboratorio de búsqueda, en el que cada composición indaga en texturas distintas, tiempos propios y atmósferas que oscilan entre lo etéreo y lo corporal.
Bageiki ya había abierto estas rutas en temprano por la mañana y en sus colaboraciones para cine, pero Tu eres el vuelo consolida una mirada más precisa sobre el espacio acústico y los materiales que utiliza. La tradición no actúa como límite ni como ornamento. Se ofrece como terreno fértil, dispuesto a ser alterado, estirado, descompuesto. El charango, desde ese lugar, se transforma en detonante de formas nuevas, en materia viva.
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