Ya puedes ver el análisis de la joya de Spielberg que ahora, con motivo de su 50 cumpleaños, vuelve a las pantallas de cine

Tiburón (1975) no solo redefinió el cine de suspense: marcó un antes y un después en la manera, incluso, de hacer y estrenar películas. Y ahora el filme de Steven Spielberg cumple 50 años, motivo más que suficiente para que nos llegue de nuevo a los cines el próximo 29 de agosto, para que volvamos a sentir el miedo primigenio que nos provocó cuando los que ya peinamos canas la vimos por primera vez… y para que las generaciones actuales se traumaticen también un poco.
Para la crítica el estreno de Tiburón, del que se cumple ahora 50 años, supuso el paso del cine de calidad al cine de palomitas, como digo, abriendo la veda al blockbuster moderno, el epítome del cine comercial que buscaba a un público joven que llenara los multisalas de los nuevos centros comerciales que se estaban abriendo por todo el país.
En la nuevo retro-crítica de Alejandro G. Calvo para SensaCine nos sumergiremos en la producción de Tiburón, desde su icónica primera secuencia -con esa banda sonora aterradora de John Williams– hasta las decisiones creativas del maestro Spielberg para suplir los fallos de los tiburones mecánicos.
Los productores David Brown y Richard D. Zanuck compraron la novela de Peter Benchley y le dijeron que escribiera él mismo el guion. Se pusieron manos a la obra a trabajar en un libreto que sufrió continuas reescrituras e improvisaciones. De una de esas salió la icónica “You’re gonna need a bigger boat” -“Necesitarás un barcomás grande” en español-. Benchley llegó a realizar tres borradores antes de retirarse diciendo que, prácticamente, odiaba a Hollywood y odiaba a Spielberg -”Será conocido como el mejor director de segunda unidad de Norteamérica” aseguró-. Aún con todo: Benchley aceptó aparecer en un pequeño cameo en la película como un reportero de noticias.
Spielberg, influido por su admirado John Ford, construyó momentos de compañerismo entre los protagonistas. Para él era clave la camaradería que debía unir a sus protagonistas, por lo que debía eliminarse cualquier subtrama que hiciera mella en ello. Y para ello concibió junto al ganador del Pulitzer Howard Sackler y el director John Milius la increíble secuencia a bordo del Orcar en el que Quint narra el relato del naufragio del USS Indianápolis.

Universal Pictures
El rodaje de la cinta fue francamente complicado, pero también ayudó a crear un suspense único. Como no pudieron trabajar con tiburones, Spielberg tuvo que cambiar por completo el enfoque de la cinta y pasó de ser -en sus propias palabras- “una monster movie a lo Roger Corman”, a una película de suspense con genuinos momentos de terror. Y es que la verdadera clave de Tiburón es precisamente como Spielberg esconde deliberadamente al tiburón.
Un viaje por anécdotas del rodaje, tensiones creativas e increíbles hallazgos narrativos que dan cuenta de por qué Tiburón, cincuenta años después de su estreno, sigue siendo una lección de narrativa cinematográfica de muchos quilates, de cómo el ingenio pudo superar cualquier limitación técnica, ajena por supuesto al poder que tenía en ese momento el Rey Midas de Hollywood.
Tras el éxito arrollador de TIburón, la cartelera se llenó de imitaciones y secuelas que intentaban replicar el éxito de la fórmula… con resultados bastante desiguales. La propia saga original tuvo tres secuelas, a cada cual peor y, además, nació el fenónemo de la Sharksploitation, producciones italianas como L’Ultimo S qualo, joyas delirantes del inefable Enzo G. Castellari y otras tantas producciones tanto de serie B como de serie Z. Entre la avalancha podemos citar como recomendables Megalodón con Jason Statham y estrenos recientes como Dangerous Animals, con un asesino en serie obsesionado con estas bestias acuáticas.
Nada más: solo entra en el video y disfruta con la historia y las anécdotas de una de las películas de terror y suspense más influyentes del cine, que regresa a las pantallas el 29 de agosto. Y la próxima vez que vayas a la playa, nada volverá a ser igual.