‘Karate Kid’ nos engañó a todos con Pat Morita… Y le hizo un feo a su doble
Aunque todos le conocemos como Pat Morita, lo cierto es que los productores de Karate Kid le pidieron que apareciera en los créditos con su nombre original, Noriyuki Morita, para que diera la impresión de ser “realmente” japonés. Lo cierto es que Morita tenía poco de japonés. Nació en Isleton, una ciudad de California, y no entró en el espectáculo hasta que cumplió 30 años: harto de su trabajo como procesador de datos, decidió probar suerte en los monólogos. Poco a poco se fue haciendo famoso hasta que, finalmente, consiguió abrirse camino en el mundo del cine y la televisión. Y vaya que si lo consiguió.
Dar cera, pulir cera
Morita, ya conocido en Estados Unidos por su papel en la serie Happy Days, no era la opción que estaban buscando para hacer del señor Miyagi en Karate Kid: tanto el director como los productores habían pensado en el mítico Toshiro Mifune, habitual colaborador de Akira Kurosawa, pero no hablaba una palabra de inglés, y no les quedó más remedio que pasar al siguiente en la lista: a Morita le veían más como un actor cómico que como uno dramático, y les costó dárselo. De hecho, si lo consiguió fue gracias a su acento falso y la barba que le daba un aspecto más sabio.
Eso sí, Morita no tenía ni idea de las artes marciales ni del kárate: aprendió algo durante el rodaje de la mano de un instructor, para no hacer el ridículo en cámara, pero la mayoría de sus escenas de acción las hizo un doble, incluyendo una de las más míticas, y que muchos creímos durante años que era el actor: esa en la que, frente al mar, hace la grulla en pleno atardecer. Allí, con una calva falsa y un traje de cuerpo entero, pusieron al especialista Darryl Vidal, que aparece acreditado, sí, pero no como esperaría.
A pesar de que durante el torneo Vidal aparece y usa su nombre real, en los títulos de crédito sale como “Semi-finalista de kárate”. ¡Muy poco amor para la persona que hizo que el co-protagonista de la película pareciera un maestro de kárate real! Ahora, seis películas y una serie (bueno, dos, contando la de dibujos animados) después, ¿no es hora de darle un homenaje al bueno de Vidal?