Hay gente que lo arriesga todo y acaba ganando: descubre la increíble historia de la productora musical de solo 18 años Vera Brandes
A veces, una sucesión de catastróficas desdichas acaba convirtiéndose en toda una hazaña personal. Y si no, que se lo digan a Vera Brandes, una productora musical increiblemente precoz, ya que a los 15 años ya organizaba conciertos y giras de jazz en su Colonia natal, siendo una de las primeras la del trío del legendario Ronnie Scott.
Esta es la increible historia de la obstinación de una chica, Vera Barnes, y un concierto legendario que lo tenía todo para ser un fracaso. Una historia que, ahora, se estrena en cines, con una adaptación titulada Köln 75, dirigida por Ido Fluk y protagonizada por Mala Emde, John Magaro, Alexander Scheer y Michael Cemus, entre otros.
Cuando todo puede salir mal y sale bien
En 1974, cuando Brandes contaba con solo 18 años, organizó un ciclo de conciertos que, a la postre, iban a convertirse en leyenda e historia inmortal de la música. Bueno, al menos, uno de ellos, el quinto para ser más exactos: el conocido como Köln Concert, interpretación al piano en solitario del músico norteamericano Keith Jarrett.
El Köln Concert se grabó en Colonia el 24 de enero de 1975 en la Ópera de la ciudad. Posteriormente, se publicó en doble vinilo ese mismo año, y se ha acabado convirtiendo en el álbum solista más vendido de la historia del jazz y el álbum de piano más vendido de todos los tiempos. Precisamente, este año ha sido reconocido como obra de valor cultural, histórico y estético, preservado por la Biblioteca del Congreso de los EE. UU. en el Registro Nacional de Grabaciones.

Selecta Visión
Vera Brandes era, en ese momento, la promotora de conciertos más joven de Alemania. Y la organización del ciclo estuvo lleno de contratiempos; el primero, la hora del evento, programado para las 23:30 de un viernes, justo después de la función de ópera, ya que era la única hora disponible. Las entradas, aún así, se agotaron rápidamente: 1.400 asistentes que pagaron una cifra simbólica: 4 marcos alemanes.
Jarrett, consumado pianista, había solicitado a Barnes un piano en específico de alta gama para la ejecución de su show en directo, muy basado en la improvisación. Sin embargo, debido a una confusión por parte del personal del teatro, colocaron un piano de la misma marca, pero más pequeño y en un estado deplorable.
Una serie de catastróficas desdichas
Cuando se percataron del error, ya era demasiado tarde para reemplazar el instrumento. Brandes intentó por todos los medios conseguir el piano requerido, pero un afinador especializado aseguró que trasladar un instrumento así en medio de una tormenta invernal sería fatal para el piano. Jarrett tuvo que conformarse con un piano cuyos graves eran muy débiles, los agudos sonaban metálicos y delgados y los pedales, simplemente, no hacían bien su trabajo.
Esto no era el único impedimento: Jarrett venía de tocar en Zúrich y aunque tenía el dinero para volar hacia Colonia, Jarrett lo cambió por dinero y decidió viajar en coche en un viejo Renault 4. Llegó agotado tras un viaje extenuante, llevando días sin dormir bien, con fuertes dolores de espalda… En definitiva, necesitó un aparato ortopédico para poder tocar bien.
Cuando Jarrett probó el piano, estuvo a punto de cancelar el concierto. Aún así, Vera Brandes lo convenció de que debía tocar, le recordó que el público ya había pagado su entrada, que el equipo que debía grabar el concierto para su posterior publicación ya estaba montado; simplemente, no había vuelta atrás.
Muy a su pesar, Jarrett accedió a dar el concierto sin haber ni siquiera cenado. El resultado del espectáculo, contra todo pronóstico, fue asombroso. Jarrett improvisó de principio a fin ajustándose a las limitaciones del piano en mal estado, recurriendo a ostinatos y a figuras rítmicas constantes con su mano izquierda, generando la ilusión de que los graves eran más potentes de lo que realmente eran, y se centró en la zona media del teclado, evitando los tan temidos y débiles graves y agudos.
El productor del disco, Manfred Eicher de ECM, comentó que, precisamente, el mal estado del piano fue lo que hizo grande el concierto, obligando a Jarrett a reenfocar su trabajo, resultando en una interpretación mágica, única e irrepetible.
Köln 75 nos acerca esta increíble historia de obstinación, coraje y amor por el acto artístico, una película que se estrena solo en cines el 11 de julio. Para melómanos y curiosos por la historia de la música.