La enorme cantidad de música que tenemos a nuestra disposición en las redes sociales es inarbarcable, y es por ello que, forzosamente, se quedan infinitas propuestas en el tintero. Esta disponibilidad de este vasto archivo sonoro a sólo un click hace que la atención esté presa por los algoritmos en gran medida, que son los que dictan nuestros gustos en modo random. Para quien esto escribe, bucear por el metaverso es un trastorno continuo: páginas de sellos discográficos que ofrecen clips musicales de lo que editan, los bandcamp de los artistas, distribuidoras que ofrecen su producto como aquello que “no-deberías-perderte”, y un largo etcétera de demanda a la carta.. A pesar de tener la política de la atención permanentemente monitorizada, siempre hay algo que no suele fallar, y no es ni más ni menos que alguien, con gustos musicales afines, centre tu mirada en un artista. Eso es justamente lo que me ha pasado con este artista de Arizona llamado Paul Arámbula.
El cantautor norteamericano es un espíritu libre, y en los últimos años ha ido prodigando en conciertos por Europa e incluso tuvo su residencia en Berlín durante un tiempo (desconozco si continúa viviendo en la capital alemana). Una vez supe de su existencia gracias a este chivatazo, pero se encuentra poca información sobre su persona, aunque toda su obra está colgada tanto en su cuenta de bandcamp como en Soundcloud, y en su trabajo de 2017 A Un poco de ambos – y en los agradecimientos -, aparecen nombres a los que admiro como son Lucrecia arriba Y Adrián de Alfonso.
En este Sigue siendo (Registros de Gilgondo2025), la página del sello – que por cierto, también es el mismo que edita material de artistas tan interesante John Wiese, Steve Potts Y Sissy Spacek – informa que Arámbula tiene ya bastante bagaje a sus espaldas en diferentes grupos de pop, y que con este álbum estamos ante su tercer largo en este sello afincado en Arizona. Un disco que entrelaza sonoridades que, por momentos, parecen destellos estroboscópicos de imágenes en VHS, difuminadas y granulosas. Con una caja de ritmos y un sintetizador como elementos recurrentes en su métrica, abre por todo lo alto con “On This Train”, que es una bella melodía que transita a través de la voz nasal de Arámbula. “Downtown Palette” me recuerda a los Los nitspero también a una versión lo-fi de las hermosas melodías de Paul Buchanan. Los ecos a Ariel Pink estallan en la serpenteante “Had They Heard”, aunque el rastro de Robert Wyatt se avista en este tema y en gran parte de todo el álbum.
Los contornos de un synthpop de bajo presupuesto expanden su poderío y poder de deducción como es en el caso de “Miranda & Lucia” en donde se reencuentra con la psicodelia, y vuelve al pop que halla cobijo en ambientaciones carnalmente sintéticas en”So Dark” (reverberaciones de Arthur Russell incluídas), y “Finding Notes” cierra el disco a ritmo de un pop-rock vestido de bajos fibrosos y guitarra parasitaria..
Escucha Paul Arámbula – Still’s Keep