Hacia la mitad del rodaje, su compañera de reparto le paró los pies: “Es un juego, ya lo he jugado, ¿podemos hablar con normalidad ahora, por favor?”
Daniel Day Lewis es uno de los mejores actores vivos que existen. Con títulos en su filmografía como Mi hermosa lavandería (1985), En el nombre del padre (1993) o Gangs of New York (2002), Lewis se ha ganado a la crítica y ha sido nominado hasta en seis ocasiones a un premio Oscar, llevándose a casa tres estatuillas por Mi pie izquierdo (1989), Pozos de ambición (2007) y Lincoln (2013).
Es uno de los máximos exponentes de la actuación de método y, visto lo visto, le funciona, pero no todos sus compañeros de reparto están dispuestos a seguir su juego. Vicky Krieps trabajó con él en El hilo invisible (2017), un magnífico drama dirigido por Paul Thomas Anderson que explora la relación entre un modista increíblemente perfeccionista y una de sus modelos. Para Krieps, el método es “un circo”.
La actriz lo dejó muy claro en una entrevista con The Telegraph en 2022. “Nunca veo las películas de la gente con la que voy a trabajar, no las busco en Google”, contó Krieps. Por este motivo, no estaba muy familiarizada con la fama de su compañero de reparto, así que se quedó horrorizada cuando comprobó en directo cómo Lewis esperaba que todo el mundo se dirigiera a él como si fuera su personaje.
Como recoge el reportaje, la actriz se agarró las mejillas con gesto de sorpresa para imitar el ambiente en el set: “¡Está aquí! ¡Dios mío! ¡Es él!”. Puso los ojos en blanco y añadió:
Soy de las que creen que todos somos iguales. Todos nos sentamos en el inodoro. Lo veía todo como un circo. Simplemente no me asusté
Al principio aceptó que era su modo de trabajo y se adaptó a él, “pero después de la mitad de la película, estaba harta. Pensé: ‘Vale, lo entiendo. Es un juego. Ya lo he jugado. ¿Pero podemos hablar con normalidad ahora, por favor?”.
Lewis permanece dentro de su personaje en cada uno de los rodajes que lleva a cabo y hay actores que no lo llevaron con el mismo tedio que ella. Adam Driver, por ejemplo, que pudo presenciarlo en la grabación de Lincoln, asegura que estaba “paralizado de miedo”. “Entra [en el set] y todo el mundo se queda en silencio. Todo el mundo está muy concentrado y, entre las tomas, él se va y todo el mundo [respira aliviado]. Cambian las luces, las cosas y, cuando él vuelve, todos están concentrados por completo”, contó a Howard Stern.