Un desenlace en el que no hay términos medios, o lo amas o lo odias, para un thriller inolvidable de David Fincher

Puntuada por los los lectores de SensaCine con un magnífico 4,1 sobre 5, la película de suspense The Game dirigida por David Fincher y protagonizada por Michael Douglas y Sean Penn fue una de las varias películas con la que el cineasta logró situarse en los años 90 como uno de los directores más prometedores de su generación. Solo dos años antes había cautivado a público y crítica con la brillante Se7en, uno de los mejores thrillers de la historia, así que volvió a apostar por el género en su siguiente película.
El resultado fue The Game, un filme que fue bien recibido por la crítica pero pudo funcionar mejor en taquilla en la que Michael Douglas interpretaba a Nicholas Van Orton, un millonario exitoso pero atormentado por el traumático suicidio de su padre a quien su hermano Conrad (Penn) hacía un enigmático regalo: una tarjeta de la empresa CRS (Consumer Recreation Services) que le invita a participar a un misterioso juego. Al principio, Van Orton duda pero no puedo evitar sentir una gran curiosidad que le lleva a decidirse a participar. Sin embargo, los extraños incidentes que empiezan a tener lugar a su alrededor le acaban haciendo temer por su vida.
“La intriga se basa en que Nicholas nunca sabe si aquello que le está sucediendo es real o un montaje, ni cuáles son los límites del juego. ¿Su muerte?”, escribía sobre ella Eulàlia Iglesias en su crítica de 3,5 estrellas para SensaCine.
Tras 2 horas y 8 minutos de intriga, la resolución final de The Game no pasó desapercibida para nadie. Varios giros sorprendentes que algunos acogieron con los brazos abiertos y que otros no apreciaron tanto pero que, sin duda, se convirtieron en el aspecto más memorable del filme. David Fincher, con la astucia que le caracteriza, se las apañó para crear una confusión mental total no solo en su personaje protagonista, sino también en el propio público.
Si no la has visto, puedes parar de leer ahora y hacerlo en el catálogo de Filmin o mediante opciones de alquiler.

PolyGram Filmed Entertainment
El giro final
Al final de la historia, Nicholas logra localizar a CRS, la empresa responsable de sus desgracias y, a la desesperada, toma como rehén a una empleada de la empresa y sube a la azotea del edificio. Pistola en mano, quiere descubrir la verdad a toda costa, así que apunta con su pistola a la puerta de la azotea sin saber que su hermano estaba al otro lado. Conrad quería recibirlo con una botella de champán para celebrar su cumpleaños como es debido y dar por finalizado el juego.
Tras observar el horror de sus actos, Nicholas se tira al vacío. Sin embargo, su aterrizaje sobre un gigantesco colchón inflable, nos revela la sorpresa definitiva: su hermano, cubierto de sangre falsa, reaparece, con vida, para desearle un feliz cumpleaños, revelando que todo no fue más que un montaje gigantesco, orquestado hasta el último detalle.
No obstante, la montaña rusa de emociones en esta recta final no fue igual acogida por todos: mientras algunos lo encontraron brillante, otros lo consideraron demasiado inverosímil.
Por su parte, el propio Fincher cree que arriesgó demasiado y no se siente especialmente orgulloso: “Vi esta película como un episodio Dimensión Desconocida, donde el personaje experimenta un horror abstracto. Luego, al final, hay una explicación sencilla que nos dice que esta fue una película en la que el espectador es el héroe y pagó por ello. Por otro lado, el héroe probablemente no debería haber caído de un edificio tan alto al final. Digamos que también aprendemos de nuestros errores”, confesó durante su visita a la Cinemateca Francesa en octubre de 2023, según se cita en Trois Couleurs.