El oscarizado actor nunca le perdonó que le parodiase en una famosa serie de televisión y se encargó personalmente de dejarle varias veces sin trabajo
Con películas como el thriller atemporal y Defensa o la comedia de acción de culto Los caraduras, Burt Reynolds logró abrirse camino a la fama en Hollywood en plena década de 1970, una época en la que la competencia entre actores fue una de las más feroces.
Coincidiendo con el surgimiento de lo que se conocería como el Nuevo Hollywood, liderado por directores como Martin Scorsese, Steven Spielberg o Francis Ford Coppola, este periodo y nuevas maneras de hacer cine no solo insufló aire fresco a la fábrica de sueños, sino que también produjo numerosas estrellas, como Robert De Niro, Meryl Streep, Gene Hackman y muchos otros, que a menudo tenían que competir por los mismos papeles. Al mismo tiempo, largometrajes como Tiburón y La guerra de las galaxias marcaron el comienzo de las películas blockbuster y no todos los actores de la época estuvieron igual de acertados a la hora de aceptar o rechazar determinados papeles. Otros tuvieron la mala suerte de no ser mejores que su competencia.
En este contexto, Burt Reynolds, un veterano intérprete que en los 70 era una de las estrellas más prometedoras de Hollywood, perdió su papel en la obra maestra Alguien voló sobre el nido del cuco (1975) frente a Jack Nicholson, mientras que, solo tres años antes, había perdido un papel en una de las mejores películas de la historia del cine: Reynolds pudo haber interpretado a Michael Corleone en la inolvidable El Padrino (1972) de Francis Ford Coppola en 1972, pero la estrella Marlon Brando, que interpretaba a Vito Corleone, les dio un ultimatum: si contrataban a Reynolds, él se marcharía de la película.
Aquella solo fue una de las veces que la animadversión de Marlon Brando hacia Burt Reynolds, que era total y absoluta, dejó al segundo fuera de una película de éxito.
El comienzo de la mala relación entre las estrellas de Hollywood se remontaba a un episodio de Dimensión desconocida emitido en 1963, en el que Reynolds se burlaba abiertamente del estilo, el acento y los gestos característicos de Brando en el papel de un personaje ficticio llamado Rocky Rhodes. Una broma sin mala intención que Brando no se tomó nada bien y que le generó un rencor para toda la vida.
De hecho, casi dos décadas después de El Padrino, Coppola volvió a pensar en Reynolds para otra de las mejores películas de su carrera, Apocalypse Now, pero, cuando Brando se enteró, dejó claro que no le gustaba nada la idea.
Así lo revelaron unas grabaciones de audio del rodaje, en las que el legendario actor ganador del Óscar despotricaba claramente contra Reynolds, al que describía como “el epítome de algo que me da ganas de vomitar”, tal y como recoge FarOut Magazine.
[Burt Reynolds es] El epítome de todo lo repugnante del actor. Adora en el templo de su propio narcisismo
Burt Reynolds, por su parte, siempre dejó claro que admiraba bastante a Marlon Brando como actor y nunca entró al trapo al respecto de las palabras del actor. No obstante, algunas de sus imitaciones como humorista parecían albergar claros mensajes.
Con el paso del tiempo, Reynolds admitió al periodista Andy Cohen en una entrevista que el desdén que Brando sentía hacia él había llegado a tomárselo como un halago, puesto que, al fin y al cabo, había logrado llamar la atención de un actor con mucho más renombre que él.