Obviamente, después del exitazo monumental de Harry Potter, en Warner no podían soltar la saga, y enseguida se pusieron a hacer algo más. Pero claro, no es que JK Rowling haya escrito cientos de libros sobre el joven mago (¡ni que fueran tuits tránsfobos!), así que tuvieron que tirar de uno de los dos manuales que lanzó en 2001: Animales fantásticos y dónde encontrarlos. ¿Podría este libro de texto escrito aparentemente por Newt Scamander dar pie a una franquicia? La respuesta ya la sabéis de sobra, ¿verdad?
¡Crecepelus magicum!
Pero claro, Animales Fantásticos, por más que se empeñaran y tuviera a algunos de los mismos personajes, no era Harry Potter, y el rendimiento en taquilla fue bajando tanto después de la expectativa inicial que Los Secretos de Dumbledore, la tercera parte, apenas recuperó lo gastado. Con las mismas, y a pesar de que se quedaron cosas por contar, cortaron la saga de cuajo y se centraron en la siguiente adaptación del Wizarding World: la serie de HBO.
Sin embargo, ya en la primera parte les dio tiempo a dejar un detalle sobre la vida de Potter de lo más curioso: en un momento vemos el Daily Prophet, donde, en portada, se anuncia que Hogwarts incrementará su seguridad. Entre el resto de contenidos que aparecen a su alrededor, muy pequeños para fijarse en ellos sin dar a la pausa, hay uno que llama poderosamente la atención: “Pociones de Fleamont Potter, pociones capilares que maravillan a los magos americanos”, con el reportaje completo, aparentemente, en la página 24 del diario.

Warner
Efectivamente, Fleamont Potter es el abuelo de Harry, y el motivo por el que, se cree, tiene tantísimo dinero en la cuenta de Gringotts. No se sabe mucho de él: al terminar sus estudios en Hogwarts se casó con una maga llamada Euphema, con la que, contra todo pronóstico, tuvo un hijo. Sin embargo, Fleamont apenas pudo conocer a su nieto Harry, porque murió justo antes, de viruela de dragón. Es lo que tiene ser mago, que no te puedes morir de un mal constipado como todo el mundo.