Lawrence Kasdan no estaba alineado en absoluto con lo que George Lucas le propuso
Steven Spielberg y George Lucas siempre han tenido buen ojo para ver talento y buenas ideas donde nadie más lo veía. Inventaron el cine familiar cuando pocos apostaban por él y llenaron su equipo de jóvenes profesionales que terminaron cambiando la industria de Hollywood. Esta filosofía está con ellos desde sus inicios y ya en En busca del arca perdida decidieron contratar como guionista que acababa de empezar como era Lawrence Kasdan en ese momento.
Kasdan estaba comenzando su carrera cuando llamó la atención de Lucas por el guion de Continental Divide que había escrito. Kasdan, Spielberg y Lucas formaron equipo y pasaron innumerables horas dando forma a esa aventura que tenían en mente pero que aún no habían podido pasar al papel. El guionista fue clave para que la trama tuviera sentido y en unos cinco meses pudo terminar un borrador que más tarde irían afinando.
Como ya sabéis, En busca del arca perdida fue un éxito absoluto en taquilla y es una de las mejores películas de la historia. Por eso cuando quisieron hacer la secuela volvieron a llamar a Kasdan, pero éste no estaba nada convencido. La segunda entrega, Indiana Jones y el templo maldito, es mucho más oscura y violenta que la primera, un reflejo del estado de ánimo por el que pasaba Lucas cuando concibió la idea.
“La historia terminó siendo mucho más oscura de lo que pretendíamos”, contó, según recoge el libro Mythmaker de John Baxter, “En parte se debe a que me estaba divorciando y no estaba de buen humor; y en parte a que queríamos hacer algo un poco más atrevido”. Cuando Kasdan leyó la idea, salió espantado.
No quiero que me asocien con ‘El templo maldito’. Simplemente pensaba que era horrible. No hay nada agradable en ella, Creo que ‘El templo maldito’ representa un periodo caótico en nuestras vidas y la película es muy fea y mezquina
Dado que Kasdan rechazó la propuesta, Willard Huyck y Gloria Katz fueron los encargados del libreto.
Era un poco también lo que pensaba Spielberg, que venía de hacer E.T. y estaba invadido por toda la felicidad que le faltaba a su compañero de negocios. El director intentó equilibrar el material y aportarle toda la comedia que pudo a la hora de filmar. Y más o menos lo logró porque son muchos los fans que recuerdan con cariño la nueva aventura de Indy, pero la crítica no la trató tan bien como a la primera entrega.
“Un espectáculo excepcionalmente enérgico, pero también grotesco y finalmente agotador, de sensaciones gratuitas y hazañas peligrosas”, escribió Gary Arnold para The Washington Post. “Sería un error decir que Spielberg está perdiendo su toque, pero hasta que esa escena de persecución le dé vida al final, Indiana Jones parece simplemente seguir el ritmo. Tiene la acción de En busca del arca perdida, pero no la vida interior ni el humor”, señaló Jay Carr para Boston Globe.
El tiempo ha jugado a favor de la película y ahora es vista como un hito cinematográfico.