Seguro que él se lo había imaginado de otra forma. Durante 15 años, Dwayne Johnson luchó por su aparición como antihéroe de DC, pero cuando Black Adam llegó a los cines en octubre de 2022, no convenció ni a la crítica ni en taquilla.
Y también en la taquilla mundial. Este blockbuster de DC, que costó más de 200 millones de dólares, quedó claramente por debajo de las expectativas recaudando 393,5 millones en cines, lo cual es muy poco teniendo en cuenta una película de tal envergadura.
Black Adam comienza con un prólogo ambientado hace 5.000 años. En aquella época, el estado ficticio de Kahndaq, en Oriente Medio, era la primera alta civilización de la Tierra, pero fue llevado a la ruina por el rey Ahk-Ton (Marwan Kenzari), sediento de poder. Este esclavizó a su pueblo para hacerlo excavar en busca del valioso elemento Eternium y forjar la poderosa corona de Sabbac, antes de ser finalmente derrotado por el campeón de Kahndaq.
En el presente, Kahndaq está controlado por la despiadada Intergang, mientras la científica Adrianna Tomaz (Sarah Shahi) busca la mencionada corona. En una antigua tumba, libera accidentalmente a Teth-Adam, alias Black Adam (Dwayne Johnson), de su prisión, lo que pone en marcha la intervención de la Sociedad de la Justicia de América.
El alado Hawkman (Aldis Hodge), el mago Doctor Fate (Pierce Brosnan), la controladora del viento y el clima Cyclone (Quintessa Swindell) y Atom (Noah Centineo), que recuerda un poco a Ant-man, se dirigen a Kahndaq para investigar la situación.
Black Adam es la película perfecta para conocer el pasado universo DC, disponible en HBO Max, Netflix y Prime Video, después de que lo resetease James Gunn con su nueva Superman que se encuentra en cines en estos momentos.