Hace 43 años se estrenó una película que se convertiría en uno de esos clásicos imprescindibles de los ochenta que, cuatro décadas más tarde, nos hace imposible cambiar de canal cuando nos lo cruzamos en televisión. Una película de fantasía épica, acción brutal e impresionantes decorados y vestuarios que alcanzó rápidamente la condición de fenómeno y catapultó al estrellato a su actor protagonista. Esa película es Conan el bárbaro.
La película de fantasía de John Milius es entretenida a más no poder y una de las películas de género más icónicas no solo de la época, sino también de la carrera de Arnold Schwarzenegger, que coincidió con su meteórico ascenso al estrellato a principios de década.
Conan pertenece a una tribu aniquilada por unos brutales guerreros. Sólo en un mundo poco ordinario, el niño vive una vida de esclavitud. A lo largo de su infancia, este joven pasó por muchas dificultades que lo convirtieron a lo largo de los años en el mejor gladiador de todos los tiempos. Complació a sus captores, y lo usó para preparar su venganza contra quienes mataron a su familia.
Arnold Schwarzenegger es el líder indiscutible de los clásicos de los 90 y aquí está la prueba
Conan es liberado después de pasar tiempo entrenando para convertirse en el mejor luchador posible. Ahora comienza la búsqueda de los peligrosos guerreros. El gladiador pretende acabar con su vida uno a uno, y ahora es el momento. Él sabe cómo usar una espada a la perfección. Los asesinos de su familia tienen las horas contadas en el mundo de los vivos.
Basada en este personaje ficticio de inspiración mitológica, que ha dado para libros y cómics de todo tipo, la película cogió impulso en un momento clave para el cine de ciencia ficción y de fantasía. Rodada durante meses en las regiones de Madrid y de Almería, la película trata de capturar una sensación de épica clásica, propia de la experiencia de Milius haciendo films de vikingos en los 50.
‘Conan el bárbaro’: imponente y carismática
De ahí el carácter tan potente y tan auténtico de Conan el bárbaro, incluso estando cargada de fantasía hasta los propios huesos. Schwarzenegger tiene aquí uno de sus primeros roles protagonistas de importancia y está más que a la altura del reto, dominando la presencia ante la cámara con su imponente físico y desenvolviéndose con carisma en los momentos de acción.
No es de extrañar que la película le lanzase definitivamente al estrellato al que parecía destinado. Hoy tenemos producciones como la serie The Witcher o la película El hombre del Norte que están influenciadas por este clásico, aunque también un remake con Jason Momoa que no fue a ningún lado. Síntoma de cómo esta película sigue siendo una fuerte obsesión.