La actriz sufrió un ictus en 2001 y pasó un par de años recuperándose: “La gente se aprovechó de mí”
Hollywood puede ser una industria muy rentable, pero el dinero también puede desaparecer más rápido de lo que se gana. Eso es lo que le pasó a Sharon Stone, quien descubrió que su fortuna de 18 millones de dólares se había esfumado tras sufrir un ictus.
En 2001, Stone tuvo una hemorragia cerebral que le obligó a tomarse un descanso de dos años en el mundo de la actuación para recuperarse. Durante ese tiempo, se quedó en bancarrota. “La gente se aprovechó de mí”, dijo en THR en julio de 2024.
“Tenía 18 millones de dólares ahorrados de todo mi éxito, pero cuando miré mi cuenta bancaria, no había nada. Mi frigorífico, mi teléfono… Todo estaba a nombre de otras personas”, añadió. “No tenía ni un céntimo”.
“Es como envejecer al revés”: Bob Odenkirk está en mejor forma que nunca a sus 62 años en ‘Nadie 2’
La actriz también contó cómo se recuperó de esta situación. “Decidí estar presente y dejarlo ir”, afirmó. “Decidí no aferrarme a la enfermedad ni a la amargura ni a la ira. Si muerdes la semilla de la amargura, nunca te abandonará. Pero si tienes fe, aunque sea del tamaño de un grano de mostaza, sobrevivirás. Así que ahora vivo para la alegría. Vivo con un propósito“.
Stone volvió al cine tras un par de años de recuperación con el filme La casa (2002). Antes de eso, la intérprete había participado en filmes como Instinto Básico (1992) de Paul Verhoeven y Casino (1995) de Martin Scorsese.
En los últimos años, la intérprete ha participado en series como Ratched (2020) y The Flight Attendant (2020). Próximamente la veremos en la tercera temporada de Euphoria (2019), pero su proyecto más cercano es Nadie 2. Stone da vida a la villana en la secuela de acción protagonizada por Bob Odenkirk. El filme, dirigido por Timo Tjahjanto, se estrena en cines españoles el 14 de agosto.