Al italiano Daniel Colussi – nombre artístico Fortunato durutti marinetti – lo conocí con el disco Memory’s Tool (2022) que editó por estos lares el sello Integral de Bobo con su habitual perspicacia para encontrar talento monitorizando otros sellos extranjeros, ya que el disco lo publicaría en Estados Unidos la discográfica Abuso suave. Un conjunto de temas exquisito colmado de arreglos de cuerda y metales en el que Colussi invita a sumergirnos en excelentes canciones-río con influencias tomadas del pop barroco y el folk. Una buena puerta de entrada a un artista que ha ido enriqueciendo su propuesta en cada nuevo disco.
Amigo de Sandro Perri – productor y músico canadiense que tiene en su haber una obra más que reivindicable – el cual le produjo el trabajo antes mencionado, Fortunato durutti marinetti no escatima en medios para envolver su música en un aura de cierta ingravidez por la forma tan desenvuelta en que se van desarrollando los temas, y la osadía que tiene en jugar con los compases y los tempos.
Con su cuarto disco Amargo dulce, dulce amargo (Registros de Quindi) el artista afincado durante mucho tiempo en Vancouver, toma el título del disco de unos versos de la gran poetisa Anne Carson para zambullirnos en otro majestuoso cancionero en el que su peculiar voz (busquen parecidos razonables con Y osos O Lou Reed) narra, desde un punto de vista cercano al romanticismo exacerbado, las complejidades del amor y las pasiones más desmedidas y grotescas.
La etiqueta de “Jazz-rock poético” que le puso una vez a su música empieza a ser un receptáculo bastante reduccionista, habida cuenta del potencial expresionista expuesto con tanta belleza en estos surcos. Arranca el disco con “Full Of Fire” con unas bellas líneas de bajo y unos arreglos de viento solemnes, y es fácil no encontrar paralelismos con Destructorartista que Marinetti no disimula su admiración. La herencia contraída con el autor de Roto también esculpe “Beware”, esta vez con arreglos de guitarra funky y la ayuda vocal de Victoria Cheong.
La Balada “¿Alguna vez piensas?” Rememora A Bill Callahan con un ritmo que recuerda a los de un vals, y parones inesperados en donde nuestro hombre aprovecha para dar rienda suelta a la plasticidad de las palabras; “Call Me The Author” es un primor de canción sustentada por violines en una suerte de opereta al mejor estilo de John Cale; los contornos soft rock de “A Perfect Pair” es otro paradigma de la versatilidad del autor para moverse por diferentes estilos, mientras que el tema estrella del lote es “A Rambling Prayer”: una narrativa de calado dylaniano en donde la letra va flotando sobre un serpenteante laberinto melódico que te atrapa sin remisión.
100 fortunato ya discutido – amargo dulce, dulce mordido