Puede que ‘Relatos de la medianoche’ no te suene de nada, pero sin él ahora no tendríamos ‘Padre no hay más que uno’
1 de julio de 1990. Juanma Bajo Ulloa, un prometedor nuevo director, gana 300.000 pesetas en la quinta edición del Cinema Jove de Valencia con su corto El Reino de Víctor. Cerca de él, otro joven cineasta de 25 años llamado Santiago Segura, que acaba de ganar 100.000 pesetas en un accésit especial por su corto Relatos de medianoche, se ha enterado de que, entre el jurado, había una persona que disentía con dárselo: Fernando Trueba. Curiosamente, Trueba acabaría convirtiéndose en una de las personas más importantes de su carrera, pero eso todavía no lo sabía.
Los inicios del amiguete
Antes de blanquearse con Padre no hay más que uno, Santiago Segura era un tipo de persona que tan solo se podía encontrar en los años 80 y 90, un hombre del renacimiento a su manera, que tan pronto dibujaba cómics pornográficos para la revista LIB y doblaba películas del mismo género. Además, hacía fanzines y rodaba cortos con su cámara Super-8, de los que tan solo ha sobrevivido el último, Relatos de medianoche, con el que se hizo ganó unas amistades que luego le fueron muy, muy útiles.
Fue Trueba el que le propuso dar un salto evolutivo y pasar de los 8 milímetros a los 35, financiando sus cortos (al fin y al cabo Relatos de medianoche costó 6000 pesetas, 36 euros de la actualidad) con lo que ganaba en concursos como No te rías que es peor, Locos por la tele, El huevo de Colón o Vivan los novios. Mientras preparaba Evilio, el corto que le levó a una primeriza fama, Segura participó haciendo cameos en películas como Las edades de Lulú o Tacones lejanos.
Para cuando ganó el Goya a mejor cortometraje en 1993 por Perturbado, Segura ya se había convertido en una cara conocida del cine gracias a sus papel en Acción Mutante. Acabó, claro, ganando el Goya a mejor actor revelación por El día de la bestia (que compaginó con la escritura de guiones para programas de televisión y, de tanto en cuando, como presentador), y, poco después, el de mejor director novel por Torrente. El resultado está a la vista: sus Padre no hay más que uno han recaudado más de 65 millones de euros entre las cinco entregas. ¡Ah! ¿Y es que acaso dudáis que va a haber una sexta? Si se lo llegan a decir al chaval que hizo Relatos de medianoche…