El hombre que contribuyó a crear un imperio de la lucha libre, y descubrir a las estrellas del mañana

Hoy día John Cena es una de las estrellas más carismáticas del cine de Hollywood, aprovechando su descomunal físico para la acción pero también para hacer comedia pasada de rosca como logra en El Pacificador. Sin duda, consiguió trasladar al cine ese algo especial que le hizo una superestrella de la lucha libre, y que sólo unos pocos supieron identificar al principio.
Jim Barnett estuvo viendo luchadores de todos tipo durante casi medio siglo, formando parte en la edificación de lo que conocemos como WrestleMania, y de algunos llegó a ver potencial de estrella carismática. Este empresario de Oklahoma supo identificar el potencial comercial de la lucha profesional, y también cómo explotarlo a través de drama, espectáculo y carisma.
Construyendo un imperio luchador
A ello contribuyó su formación, estudiando teatro y drama ya que su aspiración era ser dramaturgo. Durante un tiempo estuvo de becario en un periódico, lo que le permitió conocer al promotor de lucha profesional Fred Kohler, que le permitió entrar en un mundo completamente nuevo pero con muchas posibilidades. Desde puestos bajos, fue ascendiendo hasta volverse propietario parcial junto a Kohler de la Alianza Nacional de Lucha, desde la cuál fue probando ideas como grabar los enfrentamientos en un estudio en lugar de transportar equipamientos a todos los estadios.
Posteriormente se marchó para ser promotor de varios espectáculos de lucha a nivel local, que fueron ascendiendo hasta tener categoría de competición nacional. Cuando se volvió uno de los propietarios del campeonato de lucha de Georgia contribuyó a convertirlo en un evento mayúsculo para los aficionados al deporte. En los ochenta fue clave en la venta de esta competición a la WWE, que consiguió un hueco en la televisión nacional que terminó de asentar la idea de WrestleMania.
Barnett tuvo sus tiras y aflojas con las directivas de organizaciones de lucha con las que lidiaba, siendo una figura complicada. También fue acusado de realizar intentos de abuso sexuales con algunos jugadores durante la década de los setenta, saboteando la carrera profesional de algunos. Sin embargo, en la historia del deporte fue considerado como el “mejor promotor del país”.
En 2004 Barnett murió de una neumonía, acentuada por el cáncer que le fue diagnosticado unos años antes. Antes de morir le dio un consejo a la WWE para recuperar su dominio popular en el siglo XXI: tenían que apostar por John Cena. Muchos veían el talento, pero que estaba muy verde, pero Barnett les insistió a los ejecutivos de que John iba a ser su hombre para el futuro. Acertó de pleno.
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