
Ser original con los nombres que ponemos, sea a nuestra descendencia, a mascotas o a objetos de nuestra pertenencia, es una manera de significarnos de cara a los demás. Y algunos, por fanatismo o por ganas de ser original, pueden tomar decisiones que no sólo resultan evidentemente raras sino que pueden traer problemas a la larga.
Casi lo comprueba a las malas una mujer de Reino Unido. Lucy, de 39 años, decidió llamar a su hija Khaleesi a raíz del personaje de Daenerys Targaryen en la popular Juego de Tronos. Probablemente lo decidió bastante antes de que acabase la serie y el personaje diese un cambio bastante poco modélico, pero se mantuvo en sus trece con este nombre que acabaron adoptando muchos fans.
Problemas de nombres
Lucy, como cualquier otra madre de familia, quería darle a su hija unas vacaciones soñadas, que en su caso eran irse de viaje a Disneyland París. Tras planearlo y prepararlo durante un tiempo, se dieron con un problema bastante inesperado. Como cualquier persona que viaja de Reino Unido a la Unión Europea (y viceversa), era requisito que tanto madre como hija tuvieran un pasaporte regulado. Nada fuera de lo ordinario, pero cuando fue a solicitar el de su hija se topó con la negativa de las autoridades.
El motivo era, evidentemente, el nombre de Khaleesi. La oficina de pasaportes le mandó una carta a la familia diciendo que no se podía expedir uno para la niña porque el nombre estaba registrado por Warner Bros, la empresa madre de HBO que produjo Juego de Tronos. La burocracia le pedía entonces permiso expreso de la gran compañía cinematográfica para poder usar el nombre que llevaba empleando desde hace años.
Lucy se quedó perpleja de toparse con semejante traba, sobre todo por no tener problemas en un inicio para poner su nombre en el certificado de nacimiento. Pero también por no saber que un nombre se podía registrar, y por tanto limitar su uso. Pero realmente no se puede, Juego de Tronos podía registrar bienes y servicios pero nunca impedir el uso de un nombre.
Al comentar este asunto a la oficina de pasaportes con ayuda legal, las autoridades reconocieron el error al confundirse con otra directriz pensaba para los cambios de nombre, no para aquellos ya registrados desde el nacimiento. Finalmente este malentendido se resolvió sin tener que escribir a David Zaslav.
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