Aún así, Alejandro G. Calvo se ha quedado con las ganas de incluir muchos títulos a la lista

Casi sin darnos cuenta, ya llevamos un cuarto de siglo XXI. Si ya es difícil hacer una lista de las mejores películas cada vez que termina un año, lo de concentrar lo más notable de 25 años es algo que solo Alejandro G. Calvo está dispuesto a hacer. Eso de resumir ha salido un poco regular porque no ha podido recomendar menos de 150 títulos, pero a cambio tenemos una selección de obras maestras de la que podemos ir tirando cuando no sepamos qué ver.
Si quieres saber cuáles son las mejores 150 películas del siglo XXI (del 2001 al 2025), puedes echar un vistazo al vídeo de nuestro canal de YouTube.
En estas dos últimas décadas hemos visto nacer clásicos modernos, la expansión de sagas que han marcado a varias generaciones, la llegada -y posterior asentamiento- de las plataformas de ‘streaming’ y la aparición de directores que han cambiado las reglas del juego. Y lo sabemos, 150 son muchísimas, pero es que 25 años dan para mucho. Resumimos -muy brevemente- el titánico trabajo del ‘publisher’ y crítico de SensaCine, pero te dejamos gran parte del listado por descubrir. Esta travesía es toda tuya.
Lo mejor de los superhéroes
Por ejemplo, el cine de superhéroes vivió su auge máximo… y su caída posterior, pero en el camino estrenó piezas fundamentales del séptimo arte, comenzando por Watchmen, de Zack Snyder. Esta película representa un cine de superhéroes que no llegó a ser, más violento, amargo, triste y complejo. En el lado opuesto está Vengadores: Infinity War y Vengadores: Endgame, dos películas que suponen cinco horas y media de épica superheroica. Un porrón de personajes ultra-carismáticos, secuencias de acción bigger than ever y sacudidas dramáticas de una contundencia bestial, aunque vengan dadas por algo tan simple como un chasquido de dedos.
En el puesto 59 está El caballero oscuro, de Christopher Nolan. Para Alejandro G. Calvo es la mejor película de superhéroes de nustra era. El colapso de creencias ha llevado a la sociedad a un nihilismo recalcitrante. Y en ese marco de colapso moral es donde germina el übermensch (el Joker) de El caballero oscuro: el caos y la anarquía llevados a su punto de máxima incandescencia.
Dentro de los ‘blockbusters’ hay que destacar también Star Wars y, en concreto, Rogue One, dirigida por Gareth Edwards. Este director tan acostumbrado a filmar en guerrilla se sumó a una de las mayores franquicias que existen y le salió un largometraje bastante apañado. También se ha colado en el top de lo mejor del año.
Una buena época para el cine de terror
En cuanto a géneros, el de terror ocupa varios puestos en la lista. Al fin y al cabo, hemos visto nacer varios genios recientes, como es Jordan Peele y su ¡NOP! de 2022. El director es uno de los grandes renovadores del cine de terror moderno siempre con el ingrediente racial como elemento base de sus inteligentísimos y aterradores relatos. Haber destacado Déjame salir o Nosotros también hubiera sido acertado, pero este ‘western’ sci-fi ultracinéfilo ha ganado. Más nombres propios del terror: Ari Aster. Aunque sus dos películas más recientes han tenido una acogida algo tibia, Aster debutó a lo grande con Hereditary, la cumbre del terror elevado, es un abordaje en toda regla al horror intra-familiar, cuando el terror sobrenatural se solapa con la tragedia doméstica.
Entra dentro de esta categoría Robert Eggers, que también debutó con un largometraje que nos dejó arrasados en la butaca. Eggers irrumpía en la historia del cine tirando del folk horror en una película grave y seria como el infierno que nos espera demostrando que en esto del terror sobrenatural al final lo que más miedo dan son los propios hombres.
Y una mujer, que no viene siendo habitual por estos lares: Julia Ducournau. Titane es el segundo largometraje de la cineasta y está plagado de ideas visuales y alucinados giros argumentales. Mezcla de giallo, body horror y terror psicológico, la cinta también nos habla de la identidad de género, del duelo en la pérdida irreparable y del pesimismo existencial para aquellos que habitan en los márgenes de la sociedad.
La representación del cine español
España también ha estrenado muy buenas historias en los últimos 25 años. Comenzamos por el sevillano Alberto Rodríguez, que en 2009 estrenó After, un viaje al fin de la noche de tres amigos ahogados en la soledad, la tristeza y la desesperación connatural a quien va sumando años y restando oportunidades.
Carla Simón estrenó el 5 de septiembre Romería, el cierre de su particular trilogía autobiográfica que comenzó de manera espectacular en 2017 con Verano 1993. La catalana ahonda en el drama de su propia historia personal -la muerte de sus padres víctimas del SIDA- a través de su reconstrucción en clave de ficción.
No podía faltar Pedro Almodóvar, que en 2011 sacó a la luz La piel que habito y demostró que podía coquetear con el terror y el fantástico sin dejar de perder su sello. Lo que es lo mismo que decir que aquí la pasión demente sigue intacta, que lo aparentemente imposible vuelve a cobrar forma, que todos somos esclavos del amor.
Y tampoco Víctor Erice, que en 2023 estrenó su cuarto largometraje tras 30 años de espera. La última vez que le habíamos visto en la pantalla grande fue en 1992, con El sol del membrillo. nadie, pero nadie, contaba ya con que Víctor Erice, el mejor director de la historia de nuestro cine, volviera a ponerse detrás de una cámara. Pero lo hizo y nos entregó esta obra cumbre llamada Cerrar los ojos.