El cineasta vuelve a colocarse detrás de las cámaras con el ‘thriller’ de una mujer infiltrada en ETA. A los 15 minutos de conocer a Susana Abaitua, le propuso el papel protagonista: “Vamos a dejarnos de tonterías. Vas a hacer tú la película, ¿vale?”
Parte de Un fantasma en la batalla se cocinó en el Hotel María Cristina de San Sebastián. El director Agustín Díaz Yanes y la actriz Susana Abaitua quedaron para hablar de la nueva película del cineasta. La historia de una mujer infiltrada en ETA durante más de una década es la primera que Díaz Yanes dirige en ocho años. La última fue Oro (2017). El hotel en el que se dio ese primer encuentro entre cineasta y actriz es el mismo en el que se han reunido, años después, para hablar sobre lo que ya es una realidad: Un fantasma en la batalla.
“Me dejé llevar por una primera impresión”, dice Díaz Yanes en SensaCine en una de las habitaciones del hotel durante el pasado Festival de Cine de San Sebastián sobre por qué Abaitua era perfecta para liderar su nueva película. “Era muy complicado este personaje. Era muy complicado qué actriz la podía hacer”, continúa. “La vi llegar, se sentó, tuve la intuición de que todo lo que era… primero sus movimientos, la cara, todo esto… Sabes que iba a ser la actriz para la película”. A los 15 minutos, se lo propuso: “Dije: ‘Oye, vamos a dejarnos de tonterías, vas a hacer tú la película, ¿vale?’. ¿Te acuerdas?”, pregunta mirando a Abaitua.
Un fantasma en la batalla, que se estrena en cines seleccionados de España el 3 de octubre y estará disponible en Netflix a partir del 17 de noviembre, nació hace cinco años. Díaz Yanes la escribió durante la pandemia de 2020. Pero una cosa es escribir el guion y otra colocarse detrás de las cámaras. “Belén Atienza me obligó”, afirma sobre volver a dirigir. “Todo lo que me dice Belén lo hago”. Además de ella, el cineasta se sentía “cómodo” con Sandra Hermida y Juan Antonio Bayona en el equipo de producción. “Al principio me asusté un poco”, recuerda. “Dije: ‘¡Hostia! Volver a dirigir’. Pero bueno, todo salió bien, la verdad. Todo salió bien, que es difícil, pero todo salió bien”. “Nos lo pasamos bien”, apoya Abaitua.
Esta película supone la primera colaboración entre Abaitua y Díaz Yanes, pero el director ha reclutado a algunas caras conocidas. Es el caso de Andrés Gertrúdix, que da vida al jefe de Amaia, y a Ariadna Gil, que interpreta a una líder de ETA. El primero participó en Oro. La segunda, en Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto (1995). “Yo no creo que uno piense en eso”, dice Gil sobre si tuvo en mente a las generaciones que no han crecido y vivido la etapa activa de la banda terrorista y pueden conocer esa parte de nuestra historia en Un fantasma en la batalla. “Pero es verdad que la memoria es muy corta“, destaca. “Con lo cual, es verdad que puede haber público muy joven que, a lo mejor, no sepa nada de esto y que, bueno, sirva para entender muchas cosas”.
Todavía queda por descubrir para poder empezar a hablar, a comunicarse, porque eso también nos cuesta mucho a los vascos
“La memoria es corta, decía Ariadna, estoy de acuerdo, pero las heridas cuesta curarlas”, añade Iraia Elias, actriz que interpreta a otra de las etarras. Como Abaitua, es vasca. “Creo que este tipo de películas, estas y todas las que salgan -que hablan del tema del conflicto, de otros puntos de vista también-, son importantes porque al final te hacen hablar, conversar”, afirma. “Habrá gente que dirá: ‘Jo, qué pereza, otra vez La infiltrada‘. Pero es que es nuestra historia, es parte de la historia, es una de las historias. En este caso, el de una chica infiltrada, pero hay miles de historias. Todavía queda por descubrir para poder empezar a hablar, a comunicarse, porque eso también nos cuesta mucho a los vascos”.
“Yo tampoco era consciente, ni me puse a pensar en ello cuando hacíamos la película”, indica Gertrúdix. “Una vez que la vi, sí que lo pensé, sí que dije: ‘Jo, pues es una película para mostrar, desde un punto de vista, una parte de de lo que fue el conflicto vasco y que nos podamos hacer preguntas y que sigamos apostando por por una convivencia, por la paz, por la democracia“.
Encontrar a Amaia: El reto de Susana Abaitua
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La protagonista de Un fantasma en la batalla es Amaia, una guardia civil que ayuda a descubrir los zulos de ETA, una misión clave para debilitar a la banda. Entenderla ha sido un reto para Abaitua. “Ha sido el personaje que más trabajo me ha dado en la preparatoria”, indica. “Necesitaba entender las motivaciones de ella y qué le pasa en la cabeza, la psicología de ella ¿Qué hay ahí para estar tanto tiempo como un agente encubierto en ETA?”. señala. “Desde ahí, empecé a obsesionarme”. Abaitua, que, como todos los que han trabajado con él, llaman Tano a Díaz Yanes, habló con el director para intentar comprender a Amaia. También con Atienza y la Guardia Civil. Una de las cosas que intentó comprender es qué lleva a alguien a hacer un sacrificio como el de la protagonista del filme.
“Cada caso será distinto. Yo tuve que encontrar a Amaia y tampoco la encuentras al 100% como yo, Susana, tampoco sé quién soy al 100%. Estás en constante evolución”, reconoce. La actriz encontró en sus experiencias personales algo que le ayudó a entender. “Yo decidí llevarlo por ahí. No quiere decir que sea lo que le pase a cada agente infiltrado”, aclara. “Hay una especie de adicción a la adrenalina que te hace sentir muy viva en el día a día. Hay un símil que yo pongo que no tiene tanto que ver, pero sí en esta sensación de cuando me voy de viaje a cualquier parte del mundo y estoy sola y, en ese momento, tengo mucha adrenalina, mucho miedo y digo: ‘¿Qué estoy haciendo aquí?’. Y, a la vez, cuando vuelvo, estoy apagada porque me falta algo. Hay un punto de enganche en vivir también este tipo de situaciones y, por supuesto, una creencia. Creo que hay algo más allá de la creencia, algo que va con la personalidad, con un tipo de personalidad, pero era lo más difícil de hacer de Amaia. Entender eso”.
Necesitaba entender las motivaciones de ella y qué le pasa en la cabeza, la psicología de ella ¿Qué hay ahí para estar tanto tiempo como un agente encubierto en ETA?
“Es la mejor decisión que tomé”, dice Díaz Yanes sobre convertir a Abaitua en su protagonista. “Esto que está contando ahora, sé cosas a medias, pero es una actriz tan estudiosa. A los dos o tres días de rodar, me trajo el guion para decirme algo y el guion era como una especie de tesis doctoral“. La intérprete cumplía con los requisitos del cineasta para el papel: joven y que fuera del País Vasco. También, que fuera una actriz “que trabaja desde dentro y no desde fuera”, como un infiltrado “que siempre está ocultando algo”.
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Para el director, encontrar a los actores correctos es una tarea clave. “Las películas, al final, las hacen los actores y las actrices. Eso lo decía Clint Eastwood: tú eliges a una actriz o un actor y eliges el 90% del personaje. Si te equivocas, has fracasado. Sobre todo en los protagonistas y, entonces, te tienes que dejar llevar por la actriz. Yo me dejé llevar por ella. Ha metido mucho de ella misma y me hizo comprender muy bien ese personaje que es muy complicado. ¿Qué coño haces tú infiltrada 12 años? No puedes venir al entierro de tu padre, no puedes venir a nada, estás ahí metida con unos señores que te pueden matar en cualquier momento”.
Yo termino ‘Un fantasma en la batalla’ y pensé, después de muchos años trabajando: ‘Entiendo el cine
A Díaz Yanes, Abaitua le recuerda un poco a Victoria Abril, con quien comenzó en el cine con Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto y Sin noticias de Dios (2001). “Es ese mismo estilo: ella coge el personaje y te lo va haciendo, haciendo, haciendo”, explica. “Al final, las películas se componen de… ¿cómo te diría yo? De momentos muertos. Es decir, de planos donde no pasa nada y es donde pasa todo“, afirma. “Necesitas tener esos tiempos muertos en las películas donde hay un plano que se mantiene cuatro, cinco, seis segundos y en el que ella te está contando su historia en ese plano. Lo demás es olvidable, pero eso no es olvidable y ella lo hace fantástico”.
La experiencia de trabajar con Díaz Yanes ha marcado a Abaitua, que reconoce haberse sentido “muy valorada”. “Yo termino Un fantasma en la batalla y pensé, después de muchos años trabajando: ‘Entiendo el cine”, señala la actriz. “El peso que se le da al rodaje, el respeto… Esto es una cosa que genera Tano”. Como continúa: “Hay una manera de cuidar y una inteligencia que, ahora, con esta cosa de hacer todo rápido, de llegar a un resultado… Yo lo que pensé cuando terminé esta película es: ‘¿Qué voy a hacer ahora? Qué difícil’. Tano, quiero hacer todas tus películas. No me jodas. De verdad, ¿qué voy a hacer? Porque he entendido, profundamente, por qué me dedico a esto“