El dos veces nominado al Oscar estrena en los meses un nuevo biopic por el que se rumorea que podría obtener su tercera nominación
Dos veces nominado al Oscar con tan solo 29 años, Timothée Chalamet es una de las grandes promesas jóvenes de Hollywood. El actor comenzó su trayectoria como actor cuando solo era un adolescente en pequeños papeles en televisión -siendo el más popular el que interpretase en la exitosa serie Homeland con apenas 16 años- y tuvo el honor de que una de sus primeras incursiones en el cine fuera a las órdenes del gran cineasta Christopher Nolan en Interstellar. No obstante, el papel que le puso en el mapa y le hizo ganarse la atención de la crítica fue el que interpretó en Call Me By Your Name de Luca Guadanigno en 2017, por el que fue nominado al Oscar a Mejor actor por primera vez en su carrera y que le abrió de par en par las puertas de Hollywood.
Entonces Timothée Chalamet apenas tenía 22 años y se convirtió en uno de los actores más jóvenes en lograr ese reconocimiento. Y a partir de entonces no dejaron de lloverle oportunidades en muchas películas excelentes que le permitieron trabajar con también excelentes directores: Lady Bird, Mujercitas, La crónica francesa, Dune y Dune: Parte dos y, por supuesto, A Different Man, por la que volvería a ser nominado al Oscar.
Con una tercera película de Dune de nuevo a las órdenes en de Denis Villeneuve en el horizonte, su nuevo trabajo más esperado es el biopic Marty Supreme de Josh Safdie que se estrena en febrero de 2026 y por el que se rumorea que será de nuevo nominado al Oscar.
Sin embargo, en su meteórica carrera también hay arrepentimientos y decepciones. Uno de los más sonados es el que tuvo lugar en 2018, cuando al comienzo de su salto al estrellato trabajó en una película de Woody Allen y, antes de que se estrenase, admitió que se arrepentía: el largometraje era Día de lluvia en Nueva York y Chalamet era el protagonista, junto a Selena Gomez y Elle Fanning.
Timothée Chalamet: “No quiero lucrarme de mi trabajo en la película”
Tras finalizar el rodaje de la película, el actor se sumó al rechazo de varios intérpretes a Woody Allen después de que las acusaciones de abuso sexual por parte de su hija adoptiva Dylan Farrow volviesen a adquirir notoriedad a raíz de la publicación de un artículo que ella misma público en Los Angeles Times: ‘¿Por qué la revolución del #MeToo ha perdonado a Woody Allen?’, se titulaba.
Aunque Chalamet no quiso hablar muy directamente de ello por “obligaciones contractuales”, dejó muy clara su postura publicando en Instagram que no quería ver ni un duro de esa película y que iba a donarlo todo.
“Estoy aprendiendo que un buen papel no es el único criterio para aceptar un trabajo; esto me ha quedado mucho más claro en los últimos meses, tras haber presenciado el nacimiento de un poderoso movimiento que busca acabar con la injusticia, la desigualdad y, sobre todo, el silencio”, comenzaba el actor tal y como recoge The Guardian. “Me han preguntado en algunas entrevistas recientes sobre mi decisión de trabajar en una película con Woody Allen el verano pasado. No puedo responder directamente debido a obligaciones contractuales. Pero lo que sí puedo decir es esto: no quiero lucrarme con mi trabajo en la película y, por ello, donaré todo mi salario a tres organizaciones benéficas: Time’s Up, el Centro LGBT de Nueva York y Rainn [Red Nacional contra la Violación, el Abuso y el Incesto]”.
Con el tiempo, Woody Allen le acusaría a él de oportunista y de haberse unido al movimiento como estrategia para ganar el Oscar: “Después, Timothée dijo públicamente que se arrepentía de trabajar conmigo y que donaba todo su dinero a la caridad, pero le juró a mi hermana que necesitaba hacerlo porque estaba nominado a un Oscar por Call Me by Your Name y él y su agente pensaron que tendría más oportunidades de ganar si me denunciaba. Así que, lo hizo”.