John Cena no siempre fue El Pacificador. De hecho, incluso antes de meterse en la WWE hizo una pequeña película sobre el mundo de la lucha libre que estaba cargada de cameos… y en la que estaba totalmente irreconocible
Es normal que John Cena estuviera apasionado desde pequeño por la lucha libre. Al fin y al cabo, su padre había sido uno de los anunciadores del Chaotic Wrestling, una división de la lucha libre de Nueva Inglaterra. Tanto le gustó lo de tener un cuerpo repleto de músculos que, tras graduarse en fisiología del ejercicio y kinesología, decidió que era el momento de perseguir su sueño: hacerse culturista. Sin embargo, las cosas no siempre salen como uno espera, y el wrestling entró de lleno en su vida.
No pacificaba precisamente
Su debut encima de un ring, en 1998, fue El Prototipo, un personaje pseudo-robótico con el que llegó a oler la fama. De hecho, en el año 2000, Cena hizo su primera aparición en una película. Fue un cameo en Listos para luchar, una película sobre wrestling en la que estaba de fondo levantando pesas durante una escena: nadie confiaba en que pudiera hacer mucho más, al fin y al cabo.
En la película compartió reparto con David Arquette, Oliver Platt, Rose McGowan, Chris Owen o Martin Landau, pero la saturación de caras conocidas no evitó que fuera un sonoro fracaso en audiencia. De hecho, Cena no volvería al cine hasta 2006, ya como estrella de la WWE, cuando protagonizó Persecución Extrema. En esas fechas se hizo hiper-famoso y su lanzamiento al estrellato era cuestión de tiempo.
Aunque era casi imposible no haberle visto en algún sitio (por ejemplo, Psych o Bumblebee), Cena tuvo sus grandes oportunidades junto a James Gunn en El Escuadrón Suicida y junto a Vin Diesel en F9. Al final, todos sabemos lo que pasó: acabó protagonizando El Pacificador, se convirtió en una de las caras más conocidas de Hollywood y ya ha anunciado que disputará dentro de muy poco su combate final. Todo lo bonito tiene que acabar, ¿no?