La actriz se hizo internacionalmente reconocida por interpretar a “una versión afable de sí misma”. Goldie Hawn y otras compañeras la recuerdan con cariño
Diane Keaton saltó a la fama internacional por los pantalones caqui, el chaleco extragrande y el sombrero de ala ancha que eligió para su personaje de Annie Hall. La actriz ya había tenido papeles relevantes, como el de Kay Adams Corleone, la novia y esposa de Micahel Corleone (Al Pacino) en El padrino, pero Annie transmitía tanto carácter desde la más absoluta sencillez que rápidamente se convirtió en un icono cinematográfico y en el gran trabajo de su carrera.
En sus memorias, Then Again, Keaton se quitó todo el mérito. Ella misma cuenta que Woody Allen, director de la cinta, le pidió que se vistiera con lo que quisiera, así que se fijó en las mujeres de las calles de Nueva York y copió su estilo. Más tarde declaró que las verdaderas diseñadoras de vestuario deberían haber sido todas esas chicas ‘street chic’, antes de afirmar que Allen estaba detrás de cada decisión creativa.
Cuando habla del Oscar que ganó por su trabajo en esta sátira romántica de 1977, Keaton cuenta que fue por “interpretar una versión afable” de sí misma y señala a Allen como el único artífice de su éxito:
Sin un gran hombre que escribiera y dirigiera para mí, era, en el mejor de los casos, una estrella de cine mediocre
Sus memorias, más que un repaso ególatra a su carrera, es una carta de agradecimiento a todos los que la ayudaron a ser una estrella de cine. Empezando por su madre, Dorothy, quien falleció en 2008. Le atribuye a ella el poder haber hecho realidad su sueños y contaba que seguía “siendo la persona más influyente d emi vida”.
Así era Diane Keaton, una de las mujeres más influyentes de Hollywood que no aceptaba el hecho de serlo.
“Fue una montaña rusa de amor”
Tras conocer la triste noticia de su fallecimiento ayer, 11 de octubre, sus compañeras de reparto le han dedicado unas palabras llenas de cariño. Goldie Hawn coincidió con ella en 1996 en el rodaje de la exitosa comedia El club de las primeras esposas y se convirtieron en amigas al instante. “Robaste los corazones del mundo y compartiste tu genio con millones, haciendo películas que nos hicieron reír y llorar como solo tú podías. Tuve la suerte de hacer El club de las primeras esposas contigo, nuestros días comenzando con un café en la caravana de maquillaje, riendo y bromeando, hasta el último día de rodaje. Fue una montaña rusa de amor“, recuerda.
Y continúa: “Acordamos envejecer juntos y, algún día, quizá vivir juntos con todas nuestras amigas. Bueno, nunca llegamos a vivir juntos, pero sí envejecimos juntos. Quién sabe… quizá en la próxima vida. Dale brillo a tu alma, amiga. Te voy a extrañar muchísimo”.
La otra protagonista de la cinta fue Bette Middler, quien también ha hablado sobre su amiga: “Era divertidísima, completamente original y sin ninguna malicia ni la competitividad que uno esperaría de una estrella así. Lo que vieron fue quién era… ¡oh, la, lala!”.
Jane Fonda ha recordado en su mensaje a la fallecida esa humildad que le ha acompañado hasta el final de sus días: “Es difícil creer… o aceptar… que Diane haya fallecido. Siempre fue una chispa de vida y luz, riéndose constantemente de sus propias debilidades, siendo infinitamente creativa… en su actuación, su vestuario, sus libros, sus amigos, sus hogares, su biblioteca, su visión del mundo. Única es lo que era. Y, aunque no lo sabía o no quería admitirlo, ¡era una excelente actriz!“.