El actor lleva siete años sobrio, pero llegó a tocar fondo: “Es increíble que siga viva”
En Terminator 2: El juicio final, James Cameron apostó por darle una vuelta de tuerca a la primera película. Tras haber sido la principal amenaza de la humanidad en la primera entrega de la saga de ciencia ficción, el Terminator de Arnold Schwarzenegger se convertiría en la segunda película en una herramienta de la resistencia humana del futuro, siendo enviado al pasado para proteger al futuro líder de la resistencia humana a quien otro Terminator más avanzado trataba de matar. Ese joven humano, John Connor, fue interpretado por un también joven actor adolescente que entonces no tenía ningún tipo de experiencia y para quien la película supuso un debut por todo lo alto: Edward Furlong.
Furlong había sido descubierto por un director de casting en una organización dedicada a ayudar a niños y adolescentes y se impuso a los más de 100 candidatos para el papel pese a no haber actuado nunca porque tenía justo lo que buscaban: calle. El resultado fue que Edward Furlong se hizo famoso rápidamente cuando solo tenía 14 años y comenzaron a lloverle las oportunidades.
Durante los años siguientes Furlong trabajo en varios proyectos, aunque su segundo gran éxito llegó en 1998, cuando se convirtió en uno de los protagonistas junto a Edward Norton de la exitosa película American History X. Aquel papel le hizo ganar mucha notoriedad y se convirtió en una joven promesa, pero los problemas con las adicciones ya habían comenzado y acabarían destrozando no solo su carrera, sino también su vida.
Edward Furlong comenzó a consumir muy joven y tuvo problemas no solo de alcoholismo, sino de adición a diversas drogas, como metanfetamina, heroína y cocaína. Durante los años 2000 siguió trabajando en proyectos de bajo nivel y en 2003 perdió la gran oportunidad de volver a ser John Connor en Terminator 3: La rebelión de las máquinas pese a haber sido contratado. El actor sufrió una sobredosis que violó los términos de su contrato y fue sustituido por otro actor, lo que tampoco ayudó a que su vida se estabilizase.
7 años sobrio
La primera vez que entró en rehabilitación fue en el año 2000, pero sufrió varias recaídas y problemas con la policía hasta la que sería la definitiva en 2018. Ahora, tal y como él mismo publicaba orgulloso en su cuenta de Instagram el pasado mes de febrero, lleva más de 7 años sobrio y se siente muy agradecido:
“Nunca pensé que esto fuera posible. La vida sigue siendo difícil a veces. Pero las nuevas herramientas que sigo añadiendo a mi arsenal me hacen una persona más fuerte y confiable. Puedo ser el apoyo que la gente necesita en lugar de su preocupación. Estoy afrontando mi vida con la frente en alto. Ya no huyo. Estoy muy agradecido de estar sobrio hoy. Si todavía tienes dificultades, por favor, recuerda que vale la pena luchar por ti. Solía vivir con miedo. Me despreciaba. Pero en realidad, nunca me tomé el tiempo para conocerme. Y ha habido mucho que vale la pena descubrir”, escribió.
Ahora el actor ha vuelto poco a poco a estar en activo, aunque aún no ha vuelto a tener un papel notable, pero su vida está volviendo a la normalidad con la ayuda de sus seres queridos y tras haber recuperado amistades.
Durante una entrevista con el Daily Mail en 2022, Furlong habló sin tapujos sobre su caída en picado, lamentando que “no tenía mucha gente que me cuidara y me dejaron a mi suerte”. “Cuando estaba drogado, tenía camaradería con otras personas. Simplemente bebía y salía de fiesta. De repente, sentí que estaba con gente y que, de alguna manera, encajaba. Así empezó todo”. Luego, las adicciones comenzaron a escalar hasta que tocó fondo: “Me inyectaba muchísima heroína, metanfetamina y fumaba DMT todo el tiempo. Así era todo el día. Es increíble que siga vivo; tuve un par de sustos. […] Una vez que entras ahí, es muy difícil ver una salida. Eso es lo que quiero que la gente entienda: hay una salida, pero es difícil”.