Ambientada a finales de los años 60 y en la década de los 70, este filme con guion de Jack Thorne narra los problemas a los que se enfrentaron los científicos que querían buscar una solución a la infertilidad
Esta historia empieza hace 57 años, cuando el biólogo Robert Edwards contrató a la enfermera Jean Purdy para una investigación en la Universidad de Cambridge. Comienza justo en ese momento de 1968 y no en otro porque ella, Jean Purdy, fue una de las claves para conseguir algo que revolucionó el mundo científico: la inseminación in vitro. El dúo Robert y Jean también reclutó al cirujano y ginecólogo Patrick Steptoe para su hazaña. Su historia es cuanto menos impactante. Es, sin duda, uno de los grandes avances médicos del siglo XX. Y, todavía mejor: lo que hicieron está en Netflix en forma de película.
Joy, una película dirigida por Ben Taylor y con guion de Jack Thorne, creador de la exitosa serie Adolescencia (2025), narra la historia de cómo estos tres científicos británicos consiguieron que naciera Louise Brown, la primera bebé inseminación artificial que llegó al mundo el 25 de julio de 1978.
La película está protagonizada por Thomasin McKenzie, James Norton y Bill Nighy. Ellos dan vida, respectivamente, a Jean, Robert y Patrick; siendo el alma y corazón del filme la primera. Todos ellos se enfrentaron al miedo a lo desconocido entre la comunidad científica y el mundo, que temían que los bebés tuvieran deformaciones o problemas de salud.
Sin embargo, fue Jean la que estuvo implicada en la parte más personal del experimento: ella hizo de conexión entre el proyecto y las mujeres que se ofrecieron voluntarias para probar si algo así podía o no funcionar. También hubo problemas con la comunidad religiosa. Jean, cuya madre era muy devota, la rechazó y cortó toda relación con ella. La historia de estos pioneros, tal y como narra Joy, no fue fácil, pero consiguieron cambiar el destino de aquellas parejas que no podían tener hijos.
Inspirada en una experiencia personal

Netflix
Joy es una película muy interesante que profundiza en las historias personales de los científicos protagonistas con Jean como eje principal de la historia. También pone el foco en las mujeres que participaron en el proceso. Además, Joy es un documento histórico sobre el momento en el que estos tres pioneros se embarcaron en un proyecto que no pintaba fácil desde el principio.
Thorne, que coescribe el guion junto a Rachel Mason, narra los acontecimientos de forma amable, humana y entretenida. El escritor reveló que Joy está muy inspirada en el proceso al que se sometieron él y Mason: recurrieron a la inseminación artificial para tener a su hijo.
“A Rachel y a mí nos costó siete rondas de inseminación in vitro para tener a Elliott”, contó Thorne en The Guardian en noviembre de 2024. “Lo que empezó como un proceso del que hablábamos a todo el mundo y que celebrábamos, se convirtió en una época brutal y oscura. Dos años después de tenerlo, Rach me dijo que habría estado lista para dejarme si la inseminación in vitro no hubiera funcionado. Quería que tuviera un hijo y decidió que yo quería y necesitaba tener hijos más de lo que la quería y la necesitaba a ella. No era cierto. Pero era lo que ella pensaba”.
Lo que comenzó hace casi seis décadas en Inglaterra ayudó a una pareja en la actualidad. Y esa pareja, de alguna forma, ha rendido homenaje a esos científicos con esta película.