El encargado de interpretar a Marty McFly acabó odiando el elegante y estiloso vehículo en el que Doc construyó la máquina del tiempo más famosa del cine
“¿Me estás diciendo que has construido una máquina del tiempo… con un DeLorean?”. “Si vas a construir una máquina del tiempo en un coche, ¿por qué no hacerlo con estilo?”.
Si hay un elemento icónico por antonomasia en la trilogía de ciencia ficción Regreso al futuro, ese sin duda es el DeLorean, el elegante coche que el Doctor Emmet Brown (Christopher Lloyd) utilizó para llevar a cabo el invento más importante de su vida: una máquina del tiempo. El fascinante diseño del vehículo unido a las modificaciones e ideas del científico para conseguir que, una vez alcanzados los 140 kilómetros por hora, el coche pudiera trasladarse en el tiempo, hicieron del Delorean la máquina del tiempo más especial e icónica de la historia del cine y parte de la cultura popular.
Una divertida anécdota de Regreso al futuro es que, antes de decidir qué objeto serviría como base para la construcción de una máquina del tiempo se valoró que pudiese ser una nevera, aunque finalmente se tomó la decisión de que fuese un coche. No obstante, por el camino se valoraron distintas opciones. La idea original era que Doc Brown llevase una cámara del tiempo en la parte trasera de una camioneta, pero transportarlo lo complicaba todo: “¿Cómo vamos a hacer esto? Hay mucha logística para moverlo. Pongámoslo en el coche y hagámoslo móvil”, recordó el cocreador Bob Gale en una entrevista con Esquire. Una vez tomada la decisión clvae, alguien sugirió que fuese un Ford Mustang a modo colaboración pagada con Ford. “¡Doc Brown no conduce un puto Mustang!”, respondió Gale.
Sin embargo, por perfecto que pueda parecer el DeLorean, Michael J. Fox ha revelado que detestaba conducirlo.
Por qué Michael J. Fox acabó odiando el DeLorean
Bob Gale ya había señalado que “por muy genial que parezca en la película, no es para nada un coche de alto rendimiento. Se estropeaba mucho, y se rompían pequeñas piezas del coche durante una escena, y teníamos que esperar a que los de efectos especiales lo repararan”. Pero ahora ha sido el actor que interpretó a Marty McFly, principal piloto del automóvil, quien coincidiendo con el 40 aniversario del estreno de la primera película en 1985 ha publicado un libro llamado Future Boy sobre el rodaje de la película en primera persona en el que habla con absoluta franqueza del vehículo.
Según Fox, aunque ponerse al frente de un DeLorean puede ser lo más guay que se nos venga a la cabeza, el vehículo era “un coche de mierda” cuyos accesorios integrados lo hacían de lo más incómodo:
Conduzco el DeLorean. Sé lo que están pensando… ¡genial! Yo también lo pensé al principio, pero pronto empecé a odiarlo. Primero que nada, seamos sinceros: es un coche de mierda. Lento para acelerar, con accesorios baratos, y eso antes de que nuestro equipo de efectos especiales aportara su granito de arena (o varios millones de dólares, en total)
“Esos accesorios improvisados (el condensador de flujo, varios relojes y adornos) tienden a ser bastante ásperos, metálicos y afilados. Después de esa primera noche al volante y durante el resto de la película, tengo las manos llenas de laceraciones, los nudillos magullados y los codos contusos por el impacto contra la consola de bordes espaciales”.
No obstante, el actor cerraba sus quejas de la mejor forma posible: “Como dicen en el mundo del espectáculo, el dolor es temporal, el cine es para siempre”.
Y no se equivocaba, puesto que Marty McFly y el DeLorean son pura historia del cine y su legado perdura 40 años después.