
El productor de la famosa película de James Cameron, Jon Landau, escribió unas memorias antes de morir que han tardado un año en ver la luz
El 5 de julio de 2024, el laureado productor de cine Jon Landau, mano derecha de James Cameron y figura clava en los éxitos de Titanic y Avatar, falleció a la edad de 63 años tras una dura lucha contra el cáncer. “Nos ha dejado un gran productor y un ser humano excepcional”, lamentaba el taquillero cineasta tras hacerse pública la noticia. “Jon Landau creía firmemente en el sueño del cine. Para él, el cine era la forma de arte más humana y siempre sostuvo que para hacer películas primero hay que ser humano”.
Casi un año y medio después de su fallecimiento, el próximo 4 de noviembre se publican sus memorias póstumas, The Bigger Picture, que están repletas de anécdotas y detalles desconocidos de varias de sus películas, algunas de ellas entre las más famosas y emblemáticas de la historia reciente.
Landau, como bien decía James Cameron, era un “ser humano excepcional” y, tras recibir el terrible diagnóstico de que el cáncer que sufría era terminal, decidió escribir su autobiografía. “Una inspiradora y entretenida autobiografía tras bambalinas sobre una vida en el cine y la alegría de resolver problemas con gracia, amabilidad y generosidad”, reza la descripción. “Cuando se enfrentó a su destino, un diagnóstico de probabilidades improbables, comenzó a resolver problemas, asegurándose de que todo lo aprendido tras las cámaras perdurara tras su muerte”.
La biografía está llena de anécdotas, pero siendo Titanic una de las películas más famosas y exitosas de la historia, no es de extrañar que lo que cuenta Landau en el libró esté siendo objeto de una gran atención aún incluso antes de haberse publicado. Por ejemplo, la revista People ha publicado un extracto del libro en exclusiva en el que el productor recuerda cómo el estudio tras Titanic no estuvo muy convencido del proyecto en varios momentos del proceso y cómo intentó eliminar algunas escenas.
James Cameron: “Esa no es la película que imaginé”
Titanic, como es lógico dada la envergadura del proyecto, no era una película precisamente barata y eso preocupaba a algunos de los directivos de 20th Century Fox, así que, en la recta final, el entonces director de la compañía Peter Chernin decidió enviar a algunos ayudantes al set que ayudasen a resolver una situación económica insalvable en la que los costes estaban empezando a superar con mucho el presupuesto inicial.
“Otra crisis llegó al final de la producción”, recordaba Landau para sus memorias. “Como nos habíamos pasado del presupuesto, Peter Chernin decidió volver a enviar a alguien al set, esta vez alguien a quien Jim [Cameron] no pudiera ignorar. Se trataba de mi viejo amigo Bill Mechanic, quien había ascendido hasta convertirse en presidente de Fox Filmed Entertainment. El estudio creía que la película era demasiado larga: casi cuatro horas en pantalla. Se suponía que Bill intervendría y sugeriría escenas que el estudio creía que podrían eliminarse del guion. Si le preguntas a Bill, te dirá que era una lista sensata. Si le preguntas a Jim, te dirá que eran tres páginas de una sola línea llenas de cortes absurdos, la mitad de los cuales ya habíamos rodado. Jim se negó siquiera a participar. Dijo: ‘Esa no es la película que imaginé’. Jim canceló el rodaje y regresó a su apartamento alquilado. Esto fue en medio de una escena”.
“El estudio no siempre entiende el valor de una escena”, lamenta Landau justo antes de revelar una de las icónicas escenas que quisieron eliminar: “Un gran ejemplo es la escena de Titanic cuando Jack le enseña a Rose a escupir. Recibimos notas de Fox y Paramount para cortar esa escena, pero cobra importancia más adelante cuando Rose usa su nueva habilidad para escupirle en la cara a su prometido. Cuando analizas las cosas en papel, fijándote solo en números, es fácil perder de vista el panorama general”. Al parecer, tal y como había contado James Cameron anteriormente, la escena ni siquiera gustaba a Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, pero tanto Landau como Cameron sabían que era necesaria para otras cosas que ocurrirían después.
El alivio llegó en forma de una llamada de Peter Chernin. Me dijo: ‘Jon, estoy muy molesto. Sabes lo molestos que estamos por el desarrollo y el costo de la producción. Bueno, acabo de ver tus tomas diarias, y maldita sea, son de las mejores que he visto’. La mayoría de quienes criticaban a Titanic no habían visto ni un minuto de película. No tenían ni idea de los logros de Jim [Cameron]
Afortunadamente, antes de eso, el equipo ya había vuelto al trabajo. Aunque Jim estaba furioso, su equipo lo había consolado y habían vuelto al set decididos a terminar “la película a nuestra manera”, que fue exactamente lo que hicieron.
Estrenada en cines en diciembre de 1997, la película sobre el hundimiento del Titanic convirtió en un éxito de taquilla masivo, siendo la película más taquillera de la historia durante 12 años y ganando 11 premios Oscar, un récord que hasta ese año solo tenía Ben-Hur y la película logró igualar.