El genio del cine Sidney Lumet desveló en ‘The Dick Cavett Show’ el curioso método del actor cuando se ponía en manos de los cineastas

Marlon Brando era un genio interpretativo desde sus inicios, cuando protagonizó Un tranvía llamado deseo (1951) y La ley del silencio (1954). Se convirtió en el modelo a seguir de toda una generación y en un ídolo del Hollywood de los 50, pero en la industria le conocían muy bien por su actitud desafiante. Brando improvisaba, llegaba tarde, no se aprendía los diálogos y discutía con los directores.
Pero, al menos durante un tiempo, todo el mundo le quería porque tenía un talento innegable. Brando era muy consciente de ello y desarrolló un método para poner a prueba a los directores con los que trabajaba, fuera quien fuera. Sidney Lumet, el autor de Serpico (1973), Tarde de perros (1975) o Antes que el diablo sepa que estás muerto (2007) -su última película antes de morir-, también fue sometido a ‘la prueba Brando’, tal y como contó en un programa de The Dick Cavett Show al que fue como invitado.
“Si te quedas con la equivocada, estás acabado. Si te quedas con la buena, es el cielo”
“Como mucha gente talentosa, quiere conocer tu trabajo tanto como tú conoces el suyo. Lo que hace es que, en algún momento de los dos primeros días, te da dos tomas que, a priori, parecen idénticas -mismo diálogo y misma acción- pero una es donde realmente está trabajando“, desveló el cineasta a Dick Cavett.
“Una es en la que saca todo su interior. La otra simplemente completa la recreación externa de lo que tiene que hacer por trabajo. Solo él sabe cuál es cuál. Quiere saber si tú sabes cuál es cuál. Si te quedas con las dos, te hace otro test, si te quedas con la equivocada estás acabado. Si te quedas con la buena, es el cielo“, continúa explicando Lumet.
Afortunadamente, Lumet supo identificar cuál era la toma buena y juntos trabajaron en Piel de serpiente (1959), donde interpreta a un guitarrista que se busca la vida en las calles de una pequeña ciudad de Mississipi. “Puedes no sentirlo bajo la presión del set o si estás concentrado en otra cosa, con la puesta en escena… Podrías perdértelo. Me alegro no haberlo hecho”, declaró Lumet y explicó que, si te quedas con la otra opción, no es que Brando tirase por tierra la película. Simplemente, daba lo mínimo.
“[Si coges la equivocada] él simplemente sigue adelante. No es que sea destructivo. Excepto para él, es una terrible tristeza para Marlon porque él sufre. Se rinde por dentro. No hay nadie ahí que lo lea correctamente, así que él tampoco lo hace”, aclara.
Para él, que ha trabajado con otras figuras como Henry Fonda, Al Pacino, Faye Dunaway, Charlotte Rampling o Paul Newman y conoce muy bien el modo de trabajar de estas estrellas. Por eso sabe que el método de Brando no era un capricho. “El talento de actuar es la habilidad del actor para sentir algo y el resultado de su sentimiento es lo que tú sientes. No solo es ego o locura o nada de esto, hay una verdadera razón para ello. Una buena actuación es una revelación propia. Están haciendo eso y quieren que haya alguien que pueda verlo“, zanja el genio.