Una preciosa historia de animación de un genio llamado Don Bluth y un productor de nombre Steven Spielberg
Cuando somos niños vemos las películas sin saber si son de Disney, Pixar, Dreamworks o cualquier otro estudio. Y hay algo mágico en ese desconocimiento de las personas que hay detrás, puesto que te permite disfrutar del cine de manera pura, sin sugestiones ni prejuicios. Cuando yo veía En busca del valle encantado no sabía quién era el director ni si era buena o mala yo solo sabía que quería poner el VHS una y otra vez hasta quemarlo.
No ha sido hasta mucho tiempo después cuando me he dado cuenta de que tiene un equipo espectacular detrás de las cámaras. La película está dirigida por Don Bluth, un visionario y talentoso cineasta que comenzó en Disney para después realizar sus propias películas, entre las que se encuentra esta de la que hablamos en este artículo.
La historia se ambienta hace millones de años, en la época de los dinosaurios -una fictica que junta distintos periodos-. Las criaturas se enfrentan a una enorme sequía que las obliga a realizar un agotador viaje al legendario Gran Valle, un paraíso lleno de agua y vida. En mitad de esa odisea sale Piecito, un pequeño ‘cuello-largo’ que es la única y última cría de su manada. Junto a su madre, su abuela y su abuelo emprende un camino hacia la deseada región mientras aprende valiosas lecciones que le ayudarán a sobrevivir cuando la tragedia llegue a su vida.
Spielberg y Don Bluth dan vida a esta joya animada
Como digo, detrás de En busca del valle encantado hay un equipo excepcional. Se trata de una producción de Amblin Entertainment y Lucasfilm, las empresas de Steven Spielberg, George Lucas, Kathleen Kennedy y Frank Marshall, por lo que salió del grupo que dio forma al cine familiar de los años 80 y 90. Casi nada.
El director fue Don Bluth, un ex empleado de Disney que, tras comenzar su carrera trabajando en La bella durmiente, Robin Hood y Tod y Toby, decidió emprender su camino por solitario y fundar su propio estudio de animación independiente. Además de En busca del valle encantado, fue el responsable de NIMH, el mundo secreto de la señora Brisby (1982) y Anastasia (1997).
Esta película tiene una narrativa cargada de emoción y ternura, además de construir un mundo muy imaginativo y complejo. De hecho, ha dado pie a toda una franquicia compuesta por 14 películas y hasta una serie de televisión. Por eso resulta curioso que sean tan pocos los que la consideren un clásico de los 80-90 y, de los que crecieron con ella -me incluyo en el grupo-, es una minoría la que recuerda la cinta cuando toca enumerar todas las películas que nos acompañaron en la infancia.
Que eso no impida reivindicarla hoy en día. En busca del valle encantado es divertida y conmovedora. Además, viene con el trauma incluido de la muerte de la madre del protagonista, como buena producción de la época. Un título muy recomendable para ver en familia.