La irrupción de La Paloma estafa Todavía no (2023) fue una de las grandes sacudidas en lo que al nuevo indie de guitarras se refiere. Venían avisando con su EP anterior, pero su actitud, esa maraña de guitarras y el desasosiego de los problemas de su generación que asomaba en su lírica, junto a unos poderosos directos, les colocó en lo más alto. De ahí que su segunda entrega haya generado unas expectativas que quizá se han ido un poco de madre.
El puente entre disco y disco que suponen dos singles sueltos como «La edad que tengo» y «Vuelta a casa» fueron la pista perfecta que nos ha llevado a Un golpe de suerte. Y Todavía no era un ejercicio de potencia contenida, con todos los elementos funcionando en una misma frecuencia noise-garagera, su nueva entrega se expande en múltiples direcciones. El un disco más maduro, con una producción quizá excesivamente pulida, lo que está generando un debate (¿Un paso adelante o domesticación?) cuya respuesta llega tras un buen número de escuchas.
Estamos ante un trabajo de transición en el que el grupo aprovecha sus conocidas habilidades y nos las presenta en un envoltorio más ambicioso. ¿Su objetivo es ampliar público? Lógicamente, como suponemos cualquier artista. Lo que viene a ser aprovechar la oportunidad de crecer de la mano de una multinacional —más recursos, más proyección— que han permitido acelerar esta nueva etapa. Para quien busque canciones bien escritas, directas y con grandes estribillos, Un golpe de suerte tiene abundantes motivos para ser disfrutado. Quienes por el contrario añoren la aspereza y la espontaneidad de sus comienzos, quizá vean cierta falta de riesgo, aunque mucho de eso siga ahí.
Nico Yubero, Lucas Sierra y Juan Rojo pueden haber dado un barniz aparentemente más accesible, pero dentro late un nihilismo corrosivo. «La vida es asquerosa, bruta y corta»cantan en «Espada», con una mezcla de dramatismo e ironía; «Es turbia la muerte, pero también es tela estar vivo»nos narran en «Sale el sol». Hay himnos contenidos («Si no me muevo», «Sé lo que quiero»), arrebatos marca de la casa («Mi hueco», «En mucho tiempo») y temas con una agridulce luminosidad como «Las cosas que me gustan» y «Buen intento».
La Paloma no han vendido su alma; han buscado su lugar en un ecosistema cultural donde la supervivencia exige adaptación, y donde esa adaptación tiene un coste que parecen dispuestos a asumir.
Escucha La Paloma – Un golpe de suerte
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