“Él no quiso nadie de seguridad. Llegamos al hotel y preguntamos por Benjamin y nos dicen: ‘Sí, pasen ustedes por acá”

No es el primer ni el último director español que trabaja con una estrella de cine internacional, pero Rodrigo Cortés es uno de los pocos que ha contado con mucho detalle y mimo cómo fue su primera reunión con alguien de la talla de Robert De Niro. El cineasta se encontraba preparando Luces Rojas, un ‘thriller’ psicológico acerca de un físico y una profesora de Psicología que se han especializado en desacreditar fenómenos sobrenaturales.
En el proceso de elección del casting, Cortés recibió una llamada de madrugada que le avisaba de que ‘Bob’ quería hablar con él. No era otro que Robert De Niro, que había leído el libreto y se había mostrado interesado en interpretar a Simon Silver, un famoso psíquico ciego que acaba de anunciar su vuelta a los escenarios después de llevar décadas retirado tras la muerte de su crítico más escéptico.
“Me dicen: ‘Bob va a estar en taormina’. Cogimos un avión, nos fuimos a Catania y luego un taxi a Taormina, que es un lugar de Sicilia perfecto para hacer ofertas que no pueden rechazarse. Nos dijeron el nombre en clave de De Niro por el que había que preguntar en el hotel. Había que preguntar por Benjamin. Era un hotel, estos actores no se registran con sus nombres en el hotel. Probablemente si hubiéramos quedado en su zona en Tribeca habríamos quedado en un local cerca de su casa”, comienza a relatar el director en un encuentro en el podcast de Jordi Wild.
“Él no quiso nadie de seguridad. Llegamos al hotel y preguntamos por Benjamin y nos dicen: ‘Sí, pasen ustedes por acá’. Y apareció él. Tuvimos una reunión en la que él hacía preguntas”, continúa explicando.
Es un hombre de muy pocas palabras, es muy afable, muy dulce, muy tímido, aunque eso no significa que no tenga el control. Está claro quién está examinando a quién, pero es de pocas palabras. De hecho, si empieza una frase y se la acabas tú, perfecto.
De Niro tenía muchas preguntas acerca del proyecto, en concreto, quería cerciorarse de que Cortés había escrito el guion y que no había nadie más involucrado en el proceso. “Me dijo: ‘no he leído algo así en 20 años’. Muy taxativo. ‘No he recibido un personaje así en 20 años’. Fue muy claro. ‘Yo quiero hacer esto, que tu gente hable con mi gente”, recuerda que le contó.

Warner Bros. Pictures
La reunión fue muy bien. Tanto, que “las gentes” de Cortés y De Niro se pusieron de acuerdo y la estrella de cine accedió a participar en el filme. “Está cerrado. Lo tenemos”, le confirmaron al director en una llamada por teléfono.
No necesitó seguir una estrategia ni tuvo que pelear fuerte para que participara en la película. Cortés, simplemente, tuvo que confiar en lo que había escrito y en su instinto. “Si vas a ver a De Niro, vas a tener una reunión y tienes claro quién examina a quién, no te conviene nada darle un DVD de Uno de los nuestros para que te lo firme”, dice entre risas, “Tú vas con un objetivo, no con ansiedad ni con agresividad, pero con un objetivo. Es una cuestión de intuición. Puedes ir con la ansiedad de ‘tenemos que conseguirle, le tengo que convencer’ o le va a convencer el proyecto o no, pero no mi agresividad. Trata de transmitir lo que sea que seas porque es lo que él va a oler”.