James Dean es una de las grandes leyendas de Hollywood y lo es con tres únicas películas en su filmografía: Al este del eden (1955), Gigante (1956) y Rebelde sin causa (1955). A Dean le bastó con estos trabajos para llegar a ser un icono cultural y el símbolo de la desilusión adolescente de Estados Unidos, pero el precio que tuvo que pagar fue alto: falleció a los 24 años en un accidente automovilístico.
Las dos primeras películas construyeron su camino hacia la fama, haciéndole ganar cada vez más popularidad de manera internacional, pero la que realmente le catapultó a la fama fue la última, Rebelde sin causa, que se estrenó un mes después del fatal accidente que acabaría con su vida.
En la película interpreta a Jim Stark, un chaval de 17 años que es arrestado por embriaguez en público. Recién llegado a Los Ángeles, intenta adaptarse a su nueva escuela, pero Buzz, el líder de una pequeña pandilla que dirige la escuela, lo irrita. Los dos jóvenes se pelean a cuchillo, y Jim cae en una espiral de violencia.
La cinta fue un intento de retratar la decadencia de la juventud de la época y las diferencias que había entre generaciones. Si a día de hoy disfrutamos comparando lo que hacen los ‘baby boomers’, la generación Z y los ‘millenials’, en los años 50 disfrutaban creando conflicto entre la Generación de Interguerra -los nacidos entre 1901 y 1914- y la Generación Silenciosa -nacidos entre 1928 y 1945, previos a los ‘baby boomers’-. Eso de los adultos yendo a por la juventud siempre ha existido y Rebelde sin causa es un ejemplo perfecto de cómo los mayores veían a sus descendientes.
Con el paso del tiempo ha sido considerada una joya de Hollywood principalmente por la actuación de Dean, cuya muerte sin duda ayudó a que el público se interesara más por ella -recaudó 7 millones de dólares, unos 84 millones en la actualidad-. En su momento, varios críticos se opusieron a la propuesta. “Todo esto toma dos horas, pero parecen dos días. La película está escrita y actuada de forma tan inepta, y dirigida con tanta lentitud, que omitiré todos los nombres menos uno. La excepción es Dean, el joven y talentoso actor que fue asesinado el mes pasado. Su excepcional talento y su atractiva personalidad brillan incluso en este melodrama pomposo”, escribió William Zinsser en New York Herald Tribune.

Warner Bros Pictures
Lo que parece que sí se mantuvo desde el inicio fue el reconocimiento del talento de Dean. El actor fue uno de los rostros del ‘Método de Actuación’, junto con Marlon Brando, en su momento. En resumen, este método busca comprender las aspiraciones y sentimientos más profundos de un personaje para sumergirse en ellos y encarnarlos lo mejor posible en la pantalla o el escenario. La actuación de James Dean fue tan innovadora en Al Este del Edén como en Rebelde Sin Causa.