Jesús Ordovás está de vuelta, aunque realmente nunca se ha ido. Y es que por suerte o por desgracia los periodistas musicales tenemos unas carreras que son como los pontificados papales, mientras el cuerpo aguante.
Su actividad profesional diaria terminó con su jubilación, pero seguimos encontrándonosle en eventos y conciertos, escribiendo o publicando libros como el que nos ocupa. Tu pelo no es muy normal (Sílex Ediciones), una suerte de memorias acotadas en un periodo de tiempo concreto, acompañadas con algunos reportajes y recuerdos del antes y el durante de esa Movida que ha vuelto a ser reivindicada recientemente con una exposición. Todo ello adornado por mucho material gráfico, principalmente de Dj Floro, que escarba en sus archivos y encuentra interesantes fotografías.
Esa imagen de la portada de Fernando Márquez (El Zurdo) tirando del pelo a una joven Abajo —dos personajes claves no solo a la hora de poner en marcha Cake de Luxesino en ser capitales para revitalizar nuestra escena—, ilustra y sirve a Ordovas para trazar un relato con el peinado como excusa, en el que cuenta la evolución de la música en las cruciales décadas de los 60, 70 y 80 desde su propia experiencia.
De todo ello hablamos con él, pero también sobre periodismo, el mundo actual y por supuesto, la música.
«El periodismo tiene que adaptarse, ser un periodismo de profundidad ya que internet y las redes lo que ofrecen son titulares»
La primera parte de ‘Tu pelo no es muy normal’ es una especie de libro de memorias, porque tú libro de memorias así entero no tienes, ¿no?
Entero no, pero se puede decir que casi es un libro de memorias desde el año 69 hasta el año 80, se puede decir. Son mis memorias de esa época. Es la memoria de cuando descubro la música pop, el rock and roll, los Beatles y todo lo demás.
De todos grupos que venía escuchando cuando tenía 15, 16 años y cuando empieza mi vida en realidad.
Podíamos decir que está dividido en dos partes, esa primera autobiográfica y otra en la que narras algunos eventos acompañando a las fotos de Dj Floro.
En realidad es una sola parte, es la vida, mi vida a partir de que descubro la música cuando tengo 15 ó 16 años. Cuando en mi barrio empiezo a ver a los americanos con sus coches de la base de Torrejón, esos coches típicos americanos de 20 metros de largo, Cadillacs y todas las marcas posibles. El barrio de Concepción de Madrid por entonces era un poco como Hollywood. Fue cuando mis padres me regalan mis primeros discos. Escucho música en las rocolas del barrio, en los bares. Ese fue mi primer contacto con la música pop, con el rock and roll y con las canciones que escucho en principio en esas rocolas y después en la radio.
Ahí es donde empieza el libro.
Sí, digamos que es un recorrido por la música pop tal como yo la voy conociendo desde ese momento hasta el año 1980 que empieza la nueva ola. Esa década en la que yo recorro Europa, vivo en París, vivo en Holanda, voy a Estocolmo, luego vivo en Londres, luego voy a Estados Unidos, conozco California… luego vuelvo a Madrid, entonces empiezo a darme cuenta de que en Madrid hay vida rockera y empiezo a colaborar en prensa y en radio.
Cuando llegas a 1980 y empiezas a hablar de otros en vez de ti, me quedé con ganas de que la historia siguiera. De conocer por ejemplo tus primeros años en Radio 3 y demás.
En la revista Efe Eme ya conté la historia de Radio 3. Desde cuando entré hasta cuando me echaron. O hasta cuando me fui, porque me dijeron: si te quedas te vamos a putear. O sea, que escoge, que quieres irte o quedarte. Y entonces dije, mejor me voy. Y le pasó a más compañeros. Es una historia un poco trágica y sórdida de apuñalamientos y defenestraciones.
Reconozco que como periodista, envidio esa vida tan aventurera, casi de rockstar más que de cronista. Ahí te lleva ser ante todo un fan de la música.
Claro, tienes que vivirlo y para saber cómo son las cosas tienes que meterte en el sustrato de lo que es la música. Por ejemplo y en la época de las drogas, empezó con la marihuana que es lo primero que llega a mi barrio. Tú tienes que saber lo que es un porro y qué efectos tiene. Tienes que conocer qué es lo que fuman los músicos. Luego llegué a Holanda y me ofrecen un ácido y digo claro, para ver a los Byrds, que es un grupo prototípico del San Francisco y de Los Ángeles de California de la época, pues tengo que saber lo que es un viaje en LSD. Hay que vivir la música, no puedes hacer una crítica de lo que son los conciertos psicodélicos de Grateful Dead que duraban cinco horas y las canciones podían durar cada una veinte minutos sin saber lo que era eso.
Como decía Alan McGee, para hacerte amigo de los grupos tienes que drogarte con ellos.
Sí, claro. Luego ya empieza la época de la nueva ola y empiezan las rayas de coca y bueno, empieza la heroína. Yo a la heroína nunca me pinché porque no me gustaban los pinchazos. Pero es que llegabas a un sitio donde iba a tocar un grupo y lo primero que hacían era ofrecerte una raya. Incluso grupos que se suponía que no eran drogadictos como Los Secretos con esas canciones tan tristes, tan románticas que parecían chicos de colegio que no tomaban nada y mira, resulta que hubo dos muertos por las drogas. O mira el caso de Nacha Pop.
Se ha pasado de una sociedad muy permisiva a una extraña involución por culpa de la extrema derecha.
Hay cosas ahora que no pasaban antes, como este renacer del fascismo que estamos viendo entre la gente joven. Un amigo decía el otro día en Facebook que es increíble como todos los chavales de su barrio se están haciendo fachas y eso no ocurría en mi época, era todo lo contrario. La gente quería salir y conocer nuevas cosas, nuevas culturas… se hacía hippie, viajaba por Europa se iba a Londres, se iba a París y recorríamos el mundo para conocer otras cosas y ahora resulta que es todo lo contrario.
Joder, es que veníamos de una dictadura, en mi caso lo que quería era conocer mundo como cuento en el libro. Ahora veo cosas como lo de Torre Pacheco y no doy crédito.
En el libro tienen mucha importancia las fotos de Dj Floro en reportajes como ese famoso festival de Móstoles.
En el libro hay tres reportajes fotográficos, el primero que nos hicimos con Almodóvar cuando acababa de llegar a Madrid en el año 1969, el siguiente reportaje fotográfico lo hice con DJ Floro para Disco Express y fue ese festival de Móstoles que dices en el que participaron grupos andaluces Triana, Guadalquivir, etc. Y después el siguiente reportaje es ya el comienzo de la nueva ola en Madrid. Porque como indica el título del libro en la historia de la música pop el pelo va cambiando. Todos esos grupos andaluces con el pelo largo, hijos del hipismo. En la nueva ola todos tiene los pelos cortos. Se ve a Alaska con el pelo muy cortito y ya tiene una actitud punk. Se aprecian los cambios en los pelos, pero también en las maneras de vestir y de componer, de intensarse por otros estilos musicales.
El libro también hace mención a la cantidad de festivales que había en España en los años 70, que mucha gente piensa que aquello nació en los 90.
No claro, precisamente los más grandes festivales estilo Woodstock se celebraron en el año 75, aunque en Cataluña hubo festivales de música progresiva anteriormente, en los años 72 y 73, pero el más conocido fue el Canet Rock que fue el más grande en ese verano del 75. Después también el Festival de Burgos y posteriormente también hubo varios festivales en distintas ciudades organizados por Fernández de Córdoba posteriormente también por Gay and Company (la promotora de Gay Mercader) es decir en los años 70 fue una década de una gran actividad, y especialmente para grupos como Triana, los Burning, Smash o Sisa, que estaban constantemente actuando en festivales.
Está bien hacer un poco de pedagogía con estas cosas, con la gente joven, que piensa que los festivales o incluso los sellos independientes son cosas de los 90 y hay que irse mucho más atrás.
No qué va, en los años 70 ya había media docena de sellos independientes en Cataluña.
Claro y luego llegaron DRO, Tres Cipreses, GASA etc. ¿Tú sigues al tanto de lo que sigue saliendo?
Sí claro, muy al tanto de lo que sacan Subterfuge, Elefant y otros sellos independientes y aparte tengo a mi amigo Jorge Explosión que es productor de muchas bandas y me tiene muy al tanto de todo lo que va saliendo. Mientras existan grupos como Doctor Explosión, pues la vida la vida sigue (risas).
«Ya en los años 70 ya había media docena de sellos independientes en Cataluña»
La famosa Movida tiene su evolución. Arranca con un rollo hedonista, rompiendo con el franquismo y buscando la diversión. Luego hacia 1982 termina oscureciéndose con Pegamoides, la ruptura de Ejecutivos Agresivos de la que salen Gabinete Caligari, Décima Víctima, después Parálisis Permanente…
Hay una fecha clave que es en 1977 cuando aparecen los Sex Pistols y las bandas punk en Inglaterra que son influenciadas por los Ramones que fueron el primer grupo punk si se puede decir. Las bandas españolas, madrileñas sobre todo, están influidas por los británicos. Nosotros cuando estábamos en Onda 2 viajábamos prácticamente casi todas las semanas a Londres y traíamos los discos directamente desde allí. Alaska, por ejemplo, dice que la primera vez que escuchó a los Ramones los escuchó en mi programa.
Esto ayuda a que estos artistas empiecen a conocer que está ocurriendo en Londres esa influencia del punk británico, pero también del glam rock porque también les interesaba lo que hacía David Bowie. Así es como nacen Nacho Pop, Los Secretos, Alaska y Los Pegamoides, Gabinete Caligari, etcétera.
En el libro hay también un reportaje del concierto homenaje a Canito (José Enrique Cano Leal, batería del grupo Tos junto a los tres hermanos Urquijo).
Sí. Ese reportaje gráfico que hice yo con mi cámara. DJ Floro ese día había ido con la cámara y de pronto empieza a hacer fotos y se da cuenta que no tiene carete, menos mal que yo llevaba cámara y es cuando saco fotografías de los trastos de Nacho Pop, de Alaska y Los Pegamoides.
Es justo cuando nace la Movida, que no es el equivalente solo a la nueva ola que se refiere a lo musical. Hay que tener también en cuenta el cine con lo que hacía Pedro Almodóvar, las fotografías de Alberto García Alís, lo que hacía Ouka Leele, lo del Hortelano, las exposiciones de cuadros de Ceesepe, los fanzines…
Fue todo un fenómeno cultural.
Exacto.
Hace un año y pico se publicó Kokotxas, una recopilación de artículos de la historia del periodismo musical en el que por supuesto aparecías. ¿Cómo ves la situación de la prensa musical hoy en día?
Ahora mismo tiene que competir con todo lo que hay en internet, donde tienes información al instante. El periodismo tiene que adaptarse, ser un periodismo de profundidad ya que internet y las redes lo que ofrecen son titulares. Esto lo hacen bien hoy en día la revista Efe Eme, Ruta 66, Muzikalia, Rockdelux, un periodismo que profundiza. Es el camino a seguir.
Puedes comprar el libro Tu pelo no es muy normal de Jesús Ordovás (Sílex Ediciones) en la web de su editorial.