En ‘Campo de batalla: La Tierra’, todo es tan absurdo como la propia cienciología en sí misma, y este gazapo lo demuestra
“Como Pulp Fiction en el año 3000″; “Como Star Wars, solo que mejor”; “Es el pináculo de utilizar mi poder para algo”… No imaginarías nunca de qué película estaba hablando John Travolta cuando afirmó todas estas cosas, pero fue uno de sus mayores fracasos a todos los niveles, un bodrio realizado a mayor gloria de L. Ron Hubbard, el creador de su secta, la cienciología. Travolta, que pertenece a la misma desde 1975, intentó levantar un proyecto basado en la novela desde 1992, y lo consiguió diez años después… tras declarar en numerosas ocasiones que la película no tenía nada que ver con la cienciología. Por supuesto que tenía que ver, claro está.
Campo de sectas: La Tierra
Travolta tuvo que defender a capa y espada que el motivo de hacer Campo de Batalla: La Tierra no tenía nada que ver con la cienciología, sino con que, simplemente, era una buena historia de ciencia-ficción. El problema es que no lo era. Quentin Tarantino se negó a dirigirla, y el proyecto fue cambiando de manos, con un guion que pasó hasta por diez reescrituras. Y, pese a todo, el actor quiso hacer una segunda parte, defendiendo que la trama solo adaptaba la mitad del libro y se entendería mejor al verlas juntas.
Sin embargo, la película ya empezaba de una base absurda: las armas nucleares que estaban buscando con ahínco serían, realmente, grandes y brillantes pisapapeles y poco más. El motivo es técnico, pero tiene sentido: dentro de las partes esenciales de un mecanismo de detonación nuclear hay un isótopo radioactivo de tritium, que tiene una vida util de 12 años y medio. Por eso, el tritium de cada cohete nuclear se cambia cada diez años. Sin embargo, las armas nucleares de Campo de batalla: la Tierra llevan bajo tierra sin mantenimiento durante miles de años, ¿cómo no van a convertirse en simples masas de metal inservibles?
Para Travolta, estaba claro que había que cubrir las más de 500 páginas que aún faltaban de la novela, e incluso se llegó a planear una adaptación al anime con 13 episodios de una hora, pero, una vez más, no se volvió a saber nada. Y es que, ¿quién va a querer ver un anuncio de la cienciología durante tanto tiempo?